_
_
_
_

La Documenta de Kassel propone un encuentro entre el espectador y el arte

El mayor foro artístico del mundo durarará 100 días y espera un millón de visitantes

La novena edición de la Documenta de Kassel, un montaje de exposiciones e instalaciones artísticas que se celebra cada cinco años desde 1955 en esta ciudad del Estado alemán de Hesse, abrió ayer sus puertas con una masiva afluencia de visitantes, de los que los organizadores esperan un millón a lo largo de los 100 días exactos que dura este acontecimiento. El director y artífice de este encuentro artístico que reúne a 186 creadores de 37 países es el museólogo Jean Hoet, quien quiere hacer posible el diálogo y el encuentro entre los espectadores de arte y las obras presentadas.

Más información
"El arte sólo ofrece preguntas"

La presente Documenta de Kassel se ha montado de modo atípico, a través de una mezcla de procesos autoritarios y democráticos, públicos y restringidos, y sus dimensiones y alcance están más orientados hacia los espectadores de arte en general que hacia la crítica o los galeristas. Tal vez por ella, sus magnitudes físicas se han incrementado con respecto a anteriores ediciones. Frente a los 487.000 visitantes de todo el mundo que acogió en 1987 la Documenta, este año se espera que aproximadamente un millón de personas visiten Kassel hasta la clausura de las exposiciones, el 20 de septiembre. El coste de la organización, que hace cinco años fue de menos de 10 millones de marcos (unos 700 millones de pesetas), se ha elevado en esta edición a 15,6 millones de marcos (cerca de 1.100 millones de pesetas).

Intereses

La aproximación abierta y sensible con los intereses del espectador de arte que los organizadores han adoptado como criterio para esta manifestación tiene también su reflejo en la diversificación que han buscado para el patrocinio de la misma. La Documenta la financian las instituciones locales y federales alemanas, pero se nutre también de las contribuciones económicas de entidades semiestatales o estatales tan diversas como la Fundación Henry Moore, de Gran Bretaña, o los Ministerios de Cultura de Portugal o Canadá, los departamentos de Asuntos Exteriores francés o italiano, la USIA (United States Information Agency) o la Fundación Rockefeller. Una cincuentena de empresas privadas de todo el mundo prestan también su apoyo económico a Documenta y las obras que se exponen en los distintos ámbitos han sido realizadas expresamente por los artistas o cedidas en depósito por más de un centenar de galerías comerciales o coleccionistas de los 37 países representados. En todas estas relaciones de contribuyentes no hay ninguna institución oficial, empresa o galería de arte española.Los organizadores de la novena Documenta son Jean Hoet y sus adjuntos, el también museólogo belga Bart de Baere y los críticos de arte Pierre Luigi Tazzi, de Italia, y Denis Zacharopoulos, de Grecia. Su propósito ha sido organizar lo que Hoet define como "una serie de exposiciones e intervenciones artísticas que sitúan en perspectiva las interrelaciones del arte de los años noventa que entran en confrontación dialéctica con lo que han sido las anteriores ediciones y que quieren como referencia para lo que puedan intentar nuestros sucesores en la Documenta de 1997".

La oferta creativa de esta Documenta se implica, como en otras ediciones, en el paisaje urbano de Kassel a través de montajes espectaculares como la escultura titulada Hombre caminando por el cielo, del norteamericano Jonathan Borofsky, en la que una figura humana camina por un bosque metálico de unos 50 metros de altura que se eleva hacia los cielos por encima del césped de la Friedrichplatz, el gran espacio público que sirve de ágora y centro de reunión de los visitantes de Documenta, o la instalación realizada por el alemán Thomas Schütte junto al neoclásico Friedericianum. Las figuras de Schütte, en cerámica policromada, representan personas de distintas razas y edades, con maletas y fardos, en una alusión a la diversidad racial que se percibe en la Alemania de hoy y que contrasta vivamente con las envaradas estatuas que adornan el palacio vecino, construido bajo el reinado de Federico el Grande. Otra pieza singular es la instalación sonora ideada por el norteamericano Max Neuman en un inmueble conocido en Kassel como la Casa de las Escaleras.

Españoles

Los espacios que contienen la mayoría de obras son el Friedericianum, concebido según Hoet como "un lugar de las ideas puras"; el vecino palacio barroco del Ottoneum, la Documenta-Halle, un edificio de nueva construcción ideado por el arquitecto Jochen Jourdan (donde expone su obra la escultora Susana Solano, que con Juan Muñoz y Juan Uslé integra la representación de artistas españoles); los pabellones efímeros de la Karl Aue, construidos por Paul Robbrecht, y por, último la Neue Gallerie, con espacios más parecidos a los de un museo convencional.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_