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La Comunidad retira las subvenciones a los contratos temporales

Juan Carlos Sanz

Los parados menores de 30 años y mayores de 50 y las desempleadas de cualquier edad tropiezan con dificultades para encontrar un trabajo en Madrid. El Gobierno de la Comunidad aprobó ayer, tras un mes de forcejeo con los sindicatos, el plan de empleo regional para 1.992, dotado con 2.900 millones, que en su mayoría se destinan a los sectores más desfavorecidos por el mercado laboral. Las centrales sindicales han conseguido introducir una cláusula por la que se suprimen las subvenciones directas a las empresas que gestionen contratos temporales.

El consejero de Economía, José Luis Fernández Noriega, reconoce que ha tenido que rechazar anteriormente este tipo de subvenciones, y citó el caso de una empresa de Torrejón de Ardoz que, en su opinión, abusó de la contratación eventual. "En un taller con tres tornos, lo lógico es que haya tres torneros fijos y dos o tres trabajadores eventuales para tareas auxiliares o para cubrir algún exceso de producción; pero esta empresa sólo tenía un empleado fijo".Con la única excepción de los contratos de formación y de prácticas, la Comunidad no concederá este año más subvenciones por la creación de puestos de trabajo eventuales. El presidente, Joaquín Leguina, firmó el pasado miércoles un acuerdo con los sindicatos UGT y CC OO, en el que se anuncia que se van a evitar Ios actuales niveles de precariedad y eventualidad que incidan negativamente en la competitividad".

El portavoz del Gobierno regional, Jaime Lissavetzky, salió al paso de las declaraciones formuladas anteayer por los sindicatos, que afirmaron que habían ganado la huelga del 28-M en Madrid al haber conseguido entablar negociaciones con Leguina. "Han ganado los ciudadanos", replicó Lissavetzky, "porque son los que han solicitado, mayoritariamente, que haya negociaciones".

El Ejecutivo autónomo, por otro lado, amenazó veladamente a UGT y CC OO con la posibilidad de llamar a otras centrales sindicales a la mesa negociadora si se mantiene la exclusión a la, patronal Confederación Empresarial Independiente Madrileña (CEIM), que plantean los dos sindicatos mayoritarios. "Vamos. a mantener una tradición de negociaciones que ha funcionado desde hace años", advirtió en tono reconciliador Fernández; Noriega.

El plan de empleo aprobado, ayer no es una ventanilla de colocación, advierten los responsables de la Consejería de Economía. Se trata más bien de un catálogo de medidas de fomento de las colocaciones, de la mejora de la formación profesional y de estímulo a la "búsqueda activa de trabajo". Un ejemplo. La Comunidad creó en 1986 un vivero de empresas en el parque industrial de Tres Cantos. Tres profesores no numerarios de la Universidad Politécnica de Madrid consiguieron, cada uno, un crédito de cinco millones de pesetas para poner en marcha una empresa de telecomunicaciones. La Comunidad les cedió unos locales y avaló los préstamos ante las entidades bancarias. Esta compañía se ha independizado (cuenta con su propia planta de producción), da trabajo a 80 personas y factura 1.500 millones de pesetas al año en la actualidad.

Consejo Regional de Empleo

Al mismo tiempo, el Gobierno regional pretende establecer una administración laboral única en la Comunidad de Madrid, mediante acuerdos con la Administración central. En un primer paso, la creación del Consejo Regional de Empleo servirá para vigilar "el uso y el abuso de la precarización del trabajo", así como la seguridad en las empresas.También está previsto gestionar, conjuntamente con el Instituto Nacional de Empleo (Inem), la instalación de locales de información en las capitales comarcales.

Otra de las novedades incluida en el plan de empleo regional de 1992 será la concesión de ayudas para sanear empresas que se encuentren en "crisis transitoria", mediante avales o subvenciones de los intereses por créditos bancarios.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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