Los presidentes centroamericanos critican el castigo de EE UU a Violeta Chamorro
Los presidentes centroamericanos cerraron filas en torno a la primera mandataria de Nicaragua, Violeta Chamorro, por considerar injusta la reciente decisión del Senado norteamericano de suspender la ayuda económica a este país, que Washington considera aún en manos de los sandinistas.
En un mensaje dirigido al presidente George Bush, los presidentes de la región advierten que castigos como éste -el Gobierno de Chamorro ha sido privado, de momento, de 100 Millones de dólares- ponen en peligro la estabilidad política y económica del proceso democrático no sólo en Nicaragua, sino en toda la zona, y solicitan que se levante la medida.En la declaración final de la cumbre, que concluyó en la tarde del viernes, los presidentes de Centroamérica, Panamá y Belice elogian los dos años de gestión presidencial de Chamorro, quien ha conseguido reducir ostensiblemente al Ejército sin tener que prescindir de altos mandos militares sandinistas, como el propio Humberto Ortega.
La presidenta de Nicaragua atraviesa, no obstante, el peor, momento de su mandato: parte de sus correligionarios políticos, liderados por el presidente del Parlamento, Alfredo César, la han acusado de cogobernar con los sandinistas.
"Debe saber Estados Unidos", indican los presidentes centroamericanos, "que Nicaragua, con condicionantes políticos, económicos y sociales adversos, ha logrado avances significativos en la estabilización económica y en la instauración y consolidación de la democracia dentro del Estado de derecho".
Agradecimiento de Chamorro
Violeta Chamorro agradeció en su discurso de clausura este apoyo y se felicitó de que Centroamérica estuviera "unida y solidaria", y registrara avances en el proceso de paz que serían imposibles sin el apoyo de la comunidad internacional.
Dos presidentes, el argentino, Carlos Saúl Menem, invitado especial de la cumbre, y el guatemalteco, Jorge Serrano Elías, mostraron su solidaridad individual con la presidenta de Nicaragua. El primero, comprometiéndose a realizar gestiones personales ante Bush, y el segundo, al afirmar que estas decisiones, como la que afectó a su país durante 10 años, vienen provocadas por "malos compatriotas", en alusión a Alfredo César, instigador del castigo de EE UU.
Esta cumbre de Managua ha permitido a los presidentes de la región hacer un análisis de sus 11 anteriores encuentros, el primero en Esquipulas (Guatemala) en mayo de 1986, que se tradujeron en acuerdos que han permitido la práctica pacificación de la zona, el restablecimiento de la democracia y un proceso irreversible de integración.
En este sentido, la declaración final de Managua advierte que se ha iniciado una nueva etapa tendente a declarar a Centroamérica como "región de paz, libertad, desarrollo y democracia", para lo cual se asume el compromiso de "delinear acciones orientadas a perfeccionar los sistemas democráticos, acelerar el proceso de integración, reducir la pobreza, establecer un nuevo orden ecológico regional, promover el desarrollo, impulsar la educación, la salud y la cultura, y afianzar un nuevo modelo de seguridad centroamericano".
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