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RELIGIÓN

La Iglesia no logra autofinanciarse sólo con el "impuesto religioso"

La Iglesia católica española no ha alcanzado todavía su objetivo de autofinanciarse. Cuatro años después de entrar en vigor el impuesto religioso, el Estado ha de continuar completando los ingresos que obtiene de la asignación contemplada en la declaración de renta. A través del denominado impuesto religioso, en 1990 los contribuyentes donaron a la Iglesia 10.612 millones de pesetas consignados en su declaración de renta.

La aportación directa del Estado en 1990 ascendió a 4.587 millones, mientras el presupuesto de la Iglesia católica ascendía a 16.500 millones.Unos cuatro millones de contribuyentes (el 39,7% de las declaraciones de renta) han donado parte de sus impuestos a la Iglesia católica, según los datos definitivos del Ministerio de Economía y Hacienda sobre la declaración de renta correspondiente a 1990. Esto representa para la Iglesia católica un ingreso de 10.612 millones de pesetas, 4.409 millones más que cuando comenzó a aplicarse la fórmula del impuesto religioso, en 1987.

Estos ingresos suponen el 47,37% de la cantidad total recaudada por el Estado a través del 0,52% de la cuota íntegra del IRPF que los contribuyentes pueden destinar a la Iglesia católica o a otros fines sociales. El porcentaje restante (52,63%) ha ido a parar al Ministerio de Asuntos Sociales, que recibirá 11.789 millones de pesetas para ser distribuidos entre organismos sociales.

Cataluña es la comunidad con menor porcentaje de declaraciones favorable al impuesto religioso, con un 30,44%, mientras que Extremadura es, la mayor, con un 54,15%. Pese a ello, los creyentes extremeños sólo aportaron 195 millones de pesetas al sostenimiento de la Iglesia católica, única confesión que disfruta de esta vía de financiación. La comunidad madrileña es la más generosa, con un 35,91% de contribuyentes que marcaron la cruz de la asignación tributaria a la Iglesia, lo que representó 2.526 millones.

Se da la circunstancia de que, pese a ser Cataluña la comunidad con menor porcentaje de participación en el impuesto religioso, sus ocho diócesis son las que más han desarrollado el proceso de autofinanciación en los últimos años. Por este motivo podrían ser muchos los creyentes que, a pesar de no haber marcado en su declaración de renta la casilla correspondiente al impuesto religioso, contribuyan directamente a la financiación de su confesión. A partir del ejercicio fiscal de 1992 -que se declarará la próxima primavera-, este tipo de donaciones desgravará el 10%.

Las negociaciones que actualmente mantiene el Estado con la Iglesia para establecer un sistema definitivo de autorinanciación de la confesión católica están, orientadas a mantener el porcentaje del 0,52% del IRPF y a profundizar en la vía de las desgravaciones fiscales. La jerarquía eclesial pretedió elevar hasta el 1% el porcentaje del impuesto religioso.

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