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GUERRA EN LOS BALCANES

La nueva tregua se negocio en Nueva York

Los últimos dos aviones -uno con destino a Moscú y otro a Praga- salían ayer de un Belgrado sancionado y aislado por la comunidad internacional, mientras el coronel australiano John Willson, comandante del centenar de cascos azules que permanecen en Sarajevo después de la retirada del comando del Unprofor (Fuerza de Protección de las Naciones Unidas) en la capital bosnia, anunciaba haber conseguido un nuevo acuerdo de alto el fuego, que debe entrar en vigor hoy a las seis de la tarde.

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A medida que se hacía más evidente que las Naciones Unidas se disponían a castigar a la República Federal de Yugoslavia, el presidente serbio Slobodan Milosevic comenzaba a distanciarse de los líderes serbios en Bosnia y condenaba los bombardeos de Sarajevo. Un portavoz de Unprofor dijo que la nueva tregua se negoció por separado en Nueva York, Belgrado y Sarajevo.Esta nueva tregua, que ya nadie sabe, muy bien que número hace, se produjo tras una nueva jornada de combates y bombardeos con morteros en Sarajevo y otras ciudades bosnias. Por tercer día consecutivo cayeron granadas sobre Dubrovnik, aunque con menor intensidad. Mientras, las fuerzas croatas lanzaron una ofensiva contra Trebinje, capital de la Herzegovina oriental, controlada por los serbios.

Los combates en Sarajevo, no impidieron que el presidente de Bosnia, Alija Izetbegovic, participara en una fiesta para celebrar el aniversario de la Constitución del Estado croata el 30 de mayo pasado. Izetbegovic declaró satifecho que "la resolución ha enseñado a los ciudadanos de Bosnia y Herzegovina que no estamos solos. Todo el mundo está con nosotros". Además, brindó por la amistad entre los croatas y los musulmanes, y aseguró que estos dos pueblos deben luchar juntos en contra de la agresión serbia.

Caen las máscaras

A partir de hoy no habrá más tráfico aéreo en la capital serbia, aislada económica y políticamente por las Naciones Unidas. Las medidas incluyen el embargo petrolero y la suspensión de los vuelos aéreos. Más de 7.000 empleados de la companía aérea JAT se quedarán en la calle., Los pronósticos optimistas y falsos de que las medidas económicas y políticas en contra de Yugoslavia no tendrían un gran impacto, se desvanecieron en el momento en que éstas fueron aprobadas en Nueva York. Las máscaras y las mentiras cayeron de repente. "Es el precio que estamos pagando por apoyar a los serbios fuera de Serbia", comentó el presidente de Serbia, Slobodan Milosevic.Sin embargo, Radovan KaradzIc, el número uno de los serbios en Bosnia, no desiste de su política: "Sólo las grandes desgracias despiertan la fuerza entre los serbios, el pueblo serbio sobrevivirá" y añadió que "Sarajevo es nuestra ciudad y nunca abandonaremos nuestra parte de ella". Aunque Karadzic y su Partido Democrático Serbio en Bosnia no piensan abandonar las ruinas que están quedando de la ciudad, se vislumbra que Belgrado, seriamente afectada por las sanciones, intenta abandonar a Karadzic y sus seguidores.

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Bozo Jovanovic, ministro interino de Relaciones Económicas con el Extranjero, comentó la dureza de las sanciones: "Éstas son las peores de todas a las que nos hemos enfrentado y sólo se pueden comparar con la situación de guerra. Habrá un estancamiento general, con grandes dificultades en la producción y el suministro a los ciudadanos y algunas industrias tendrán que parar por completo".

Yugoslavia exportaba más de un 40% de sus productos a Italia y Alemania Federal.

Momcilo Dapcevic, director de la fábrica de electrodomésticos Obod, en Cetinje (Montenegro) augura: "Puede suceder que tengamos que parar la producción".

Las fábricas textiles, dedicadas principalmente al ensamblaje, corren riesgo de quiebra, junto con otras industrias que dependen de las importaciones.

Bora Atanackovic, gobernador del Banco Central serbio, asegura que este banco tiene divisas en sus cajas fuertes pero "no muchas". "Las usaremos para las necesidades más inmediatas, principalmente la producción de medicamentos y para comprar petróleo".

En vísperas de la aprobación del embargo petrolero, el Gobierno serbio almacenaba apresuradamente sus reservas pero, aún así, admite que sólo había existencias para unos 15 días. El Ejército federal dispone de reservas propias.

Inflación alarmante

El director de los puertos fluviales no piensa que sería posible bloquear el transporte por el Danubio y agrega resignado: "Sobreviviremos". La retórica patriótica serbia se desvaneció en pocos minutos. De repente, los periódicos comenzaron a publicar las cifras y los datos sobre la situación económica, de por sí desastrosa, con una inflación mensual del 80%.La población se encuentra aún conmocionada por las consecuencias del embargo. Las largas colas frente a las gasolineras son normales desde hace dos meses, al mismo tiempo que hay un menor surtido de mercancías en los supermercados.

Ahora, Serbia tendrá la oportunidad, como escribió el periodista Petar Lukovc en un artículo satírico hace un mes, titulado "Serbia desafía al resto del mundo", de formar la santa alianza con Irak y Libia.

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