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Crítica:POP
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Ritmo en la sangre

Steve Wonder, uno de los más conocidos niño prodigio de los años 60 de la música norteamericana, es un artista importante, como demostró en el concierto que ofreció el sábado en el Palacio de los Deportes.La expectación provocada por el anuncio de su numeroso y variado acompañamiento musical, 20 músicos y cuatro vocalistas, convirtieron la larga espera que precedió al inicio del concierto en curiosidad.

El Palacio de los Deportes albergó uno de los escenarios más anárquicos y extraños de cuantos han pasado bajo su bóveda. Un pequeño velero, situado al borde del escenario, sustentaba los teclados y el piano de Stevie Wonder, con las medidas y las distancias calculada al milímetro para que pudiera moverse con confianza.

Steve Wonder

Steve Wonder (voz, teclados) Isaiah Sanders (teclados), Julius WanbeLindsay (teclados), Ben Bridges (guitarra), Natanael West (bajo), Leonard Castro (percusión), Keith John, Kimberley Brewer y Jacqueline Farris (coros). Sección de viento y cuerda. Precio: 3.500 pesetas. Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid. Madrid, 23 de mayo.

Durante dos horas y con el apoyo de una banda de músicos espléndidos, recorrió una larga trayectoria musical en la que la elección de los temas y su interpretación terminaron con el público en pie. De los 24 músicos que acompañaron a Steve Wonder sobre el escenario, la orquesta, con su sección de viento y cuerda, fue la más perjudicada por la acústica del recinto. Su sonido lejano y a veces imperceptible, no supuso ningún problema para el resto de los instrumentistas, que atraparon la música con una agilidad y un ritmo sorprendentes.

Versátil

Los grandes éxitos del nortermericano, como Part time lover, Superstition, etcétera, se alternaron con canciones más melódicas de sus últimos trabajos. Steve Wonder demostró una capacidad interpretativa muy versátil. Su voz recorría los registros más variables, graves y agudos, con una eficacia y facilidad impactante. Durante los últimos años de su discografía, Steve Wonder ha conseguido hacer temas de éxito con una masiva aceptación por parte del público. El romanticismo, algo blandengue, de sus temas más recientes, fue interpretado en el concierto con un gancho y una fuerza que en las grabaciones de estudio apenas se percibe. Con toda la banda compenetrada y exprimiendo el sonido hasta sacar el jugo más dulce, como si cada uno de ellos fuera el maestro de ceremonias, Steve Wonder pudo ofrecer un concierto intenso y divertido.

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