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Pedro Pérez defiende el control del gasto publico para reducir el déficit

Los responsables de los ministerios de Economía y Asuntos Exteriores de los 24 países industrializados que componen la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económico) comenzaron ayer en París su reunión anual, con el objetivo de "buscar las vías para un relanzamiento fuerte y sostenido de] crecimiento". Como medida expansiva, Francia propuso una reducción coordinada de los tipos de interés en los países industrializados y reiteró su petición para que Alemania sea el primer país en rebajarlos. Pedro Pérez, secretario de Estado de Economía y Hacienda, dirigió ayer la delegación española.

Un "crecimiento moderado" caracterizará el área de la OCDE en 1992 y 1993, aseguró ayer Pedro Pérez, secretario de Estado de Economía y Hacienda, resumiendo el sentimiento de la cumbre de esta organización en París. El crecimiento este año quedará "por debajo del 2%" en la zona de la OCDE y, "en el mejor de los casos", alcanzará el 3% el año próximo. "Estamos todavía lejos de los niveles de hace cuatro o cinco años", dijo Pérez al término de la reunión.El jefe de la delegación española en la cumbre se declaró contrario a estimular el crecimiento por "procedimientos artificiales" y de "corto alcance", y, pensando en España, citó como ejemplos las reducciones en los tipos de interés o los programas de expansión del gasto público.

Pérez volvió a hacer la apología de la política de su departamento. "No existe crecimiento sano y duradero", dijo, "sin disciplina macroeconómica".

Esta disciplina, cuyos objetivos son "mejorar la competitivad" y "abrir y flexibilizar los mercados", se basa en la lucha contra la inflación y el déficit público. Según manifestó Pérez, el único modo de combatir el paro, que, pese a todo, se mantiene e incluso aumenta en los países industrial izados, es "mejorar la cualificación profesional de los que buscan empleo".

El representante español hizo una incursión en el debate interno para reprochar a los sindicatos españoles las reticencias que presentan a la política gubernamental de moderación salarial, reducción de las prestaciones del desempleo y promoción de la formación profesional.

Pérez reiteró que sin control de la inflación no se puede crear una situación de crecimiento y generación de empleo. El Gobierno español, añadió, ha empezado a ganar de nuevo la batalla contra la inflación a partir del mes de abril.

La cumbre de la OCDE, informó, ha expresado su preocupación por la persistencia de una falta de ahorro a nivel mundial. Peor aún, los especialistas no esperan mejoras en los próximos años. "Por eso hay que poner el acento en la reducción de los déficits públicos".

El secretario de Estado de Economía confirmó que, en materia de tipos de interés, Francia y Alemania tienen intereses divergentes a corto plazo. "Francia, con un bajo nivel de inflación y unas finanzas públicas saneadas, está en disposición de estimular el crecieMiento con una baja de los tipos de interés", dijo.

Pero no puede hacerlo en gran medida por la situación alemana, explicó el secretario de Estado de Economía. "El incremento del gasto público y las tensiones salariales en Alemania obligan a este país a reducir el déficit a medio plazo, sin lo cual no puede bajar sus tipos de interés", añadió Pedro Pérez.

Francia insiste a Alemania para que rebaje sus tipos de interés

Los dirigentes económicos y políticos que se reúnen durante dos días en el parisiense Chateau de la Muette comenzaron ayer mismo a escrutar los signos de la tantas veces anunciada recuperación de la economía occidental, en particular, los procedentes del gigante norteamericano. El retorno del crecimiento, la lucha contra el paro, un fenómeno que, pese a los éxitos obtenidos en el control de la inflación, sigue persistiendo en el mundo industrializado, y las diferencias en materia comercial entre Estados Unidos y la Comunidad Europea, son los tres grandes temas de la agenda.Michel Sapin, el sustituto de Pierre Bérégovoy al frente del Ministerio francés de Economía y Iracienda, hizo un llamamiento a "Ia baja coordinada de los tipos de interés en los países industrializados, y en particular en Europa". Según Sapin, el impulso de la inversión y el crecimiento dependen de este factor. Los países que no dominan su déficit presupuestario, dijo Sapin, deben "adoptar sin más tardanza medidas de corrección", para permitir la rebaja de los tipos de interés.

En relación a Alemania, país acusado en Francia de retrasar la recuperación a causa de sus elevados tipos, Sapin dijo que este país puede "contribuir mucho" a mejorar la situación europea e internacional si adopta "medidas valientes en el terreno presupuestario". Luego, el ministro francés señaló con el dedo a Japón y le invitó a "acentuar" sus gastos públicos para estimular la demanda -vía importaciones- y favorecer así el regreso del crecimiento mundial. Esta llamada no fue oída por Kozo Watanabe, ministro japonés de Industria y Comercio. Watanabe afirmó que "hay límites a lo que un solo país puede hacer" para la vuelta del crecimiento.

Ausencias de EE UU

Sigbjorn Johnsen, ministro noruego de Finanzas, preside el encuentro de estos días. Las ausencias de Nicholas Brady, secretario norteamericano del Tesoro, y de Carla Hills, representante especial de Estados Unidos para las discusiones sobre el comercio internacional, marcaron la jornada inaugural. Washington estaba representado por Barbara Franklin, secretaria de Comercio.

Como en años anteriores, uno de los aspectos más controvertidos de esta cumbre anual de la OCDE es el de las negociaciones de la Ronda Uruguay en el seno del GATT (acuerdo general sobre aranceles y comercio) para la liberalización del comercio mundial. Estas negociaciones siguen bloqueadas por las importantes diferencias entre Estados Unidos y la Comunidad Europea respecto a las subvenciones de productos agrícolas.

Para arrojar luz a este debate, la OCDE hizo público ayer un informe sobre la reforma de las políticas agrícolas adoptada en 1987 por la organización. Ese informe, realizado a petición de los ministros reunidos en París, afirma que la situación del mercado en el conjunto de los países de la OCDE seguía caracterizándose en 1991 por "políticas de apoyo a la expansión de la producción", "fuertes subvenciones a la exportación", en particular del trigo, y "restricciones al acceso de las importaciones".

A esa situación debe añadírsele la rápida caída del consumo y de la producción en los países del antiguo bloque comunista europeo. Todo ello, afirman los expertos de la OCDE, dificulta los intercambios comerciales, contribuye a mantener "la depresión" de los mercados agrícolas internacionales y mantiene "en bajos niveles" los precios de los productos.

Si las citadas políticas no cambian, la perspectiva a medio plazo, según la OCDE, es de "un excedente estructural en expansión". Las proyecciones de la OCDE hasta 1996 revelan, para el conjunto de la región, que las disponibilidades para la exportación serán mucho más importantes que en 1991, salvo para los productos lácteos, que conocerán una ligera reducción.

"Los ajustes de las políticas agrícolas han sido insuficientes en los últimos años, contrariando las condiciones de competencia en los mercados internacionales y añadiendo excedentes estructurales para la mayoría de los productos", afirma el informe. "Es imperativo", concluye, "reformar las actuales políticas de apoyo a la agricultura".

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