La DC italiana liquida definitivamente a Forlani
La Democracia Cristiana (DC) liquidó ayer la carrera hacia la presidencia de la República de su candidato, Arnaldo Forlani, que había concluido la jornada del sábado con posibilidades de alcanzar hoy su objetivo mediante una negociación con las fuerzas de la derecha no democristiana. La iniciativa de la DC, que dejó en suspenso la elección del jefe del Estado, pone en evidencia los vicios del sistema por el que se rige en Italia, más próximo, según un comentarista italiano, a un conclave eclesiástico que a los usos de gobierno en democracia.
La "suspensión" de la candídatura de Forlani fue anunciada por la DC poco antes de que diera comienzo la primera votación de ayer, a las 10 de la mañana. Forlani había logrado incrementar ligeramente sus apoyos en la última votación del sábado, incluso después de haber iniciado negociaciones con la Liga del Norte, el movimiento antipartitocrático de Umberto Bossi. Parecía claro que podría llegar a superar el quorum de 508 votos requerido, y prueba de ello es que tanto el Partido Socialista (PSI), como el Partido Socialdemócrata (PSDI) y el Partido Liberal (PLI) habían anunciado que seguirían apoyándole en la votación de ayer por la mañana.
Forlani explicó luego que la decisión de retirarse había sido suya y que la tomó porque veía que no alcanzaba el consenso necesario y "para facilitar mayores convergencias". Pero también añadió que la había adoptado después de una tensa reunión con otros dirigentes de su partido, iniciada a las 8,30 de la mañana. Por todo ello, permanece la duda más que razonable de si no fue obligado a dimitir precisamente porque se encontraba a pocos pasos de la presidencia de la República.
Forlani aceptó ser candidato con grandes reservas, y después de que una votación interna demostrara que la gran mayoría del partido le apoyaba, pero llegado el momento de la verdad no votaron su candidatura en la misma medida.
Pacto secreto
Se ha dicho que fueron 52 los democristianos que, amaparados en el secreto, rompieron la disciplina de voto, y aunque el propio Forlani sigue hablando de francotiradores, hay que decir que la abultada cifra de éstos correspondería más bien a una milicia bien organizada. Ayer se hablé también de un pacto fallido por el que Forlani habría cedido la secretaría de la DC, a cambio de sus votos, al líder de la izquierda democristiana, Ciriaco de Mita. Forlani lo niega. Agotado este efímero cartucho, las negociaciones entre los partidos recomenzaban ayer en la habitual penumbra. Los electores de la DC se abstuvieron y los socialistas votaron en blanco, en los dos comicios de trámite celebrados durante la jornada. Estos registraron un golpe bajo adicional para la democracia, al aprobarse la propuesta de introducción de una cámara que protegerá la intimidad del votante pero también facilitará su control, en previsión de maniobras sucias. En la última votación del sábado, resultó que el número de papeletas superaba en cinco al de los presentes en la sala.
La retirada de Forlani fue, no obstante, acogida con satisfacción general. Giulio Andreotti, el presidente en funciones del Gobierno y competidor de Forlani por la Presidencia de la República, se felicitó públicamente de haber quedado liberado de la obligación del voto para poder asistir a la beatificación del fundador del Opus De¡, organización que cultiva sin descanso estos días.
Bettino Craxi, el líder socialista, que también ha expresado su aspiración al Quirinal, pasó por alto que con Forlani ha vuelto a hacer una apuesta equivocada, y, tras asegurar que lo de éste no es una "suspensión", sino una retirada definitiva, abrió un arco de consultas que no descuidó ninguna esquina. Hasta se vió con Achille Occhetto, el líder del Partido Democrático de la Izquierda (PDS, ex comunista), que trabaja en la elaboración de una lista de candidatos que, con el apoyo del PSI, el PSDI y su partido, puedan ser aceptados por la DC.
Craxi no cierra tal vía, pero parece que intenta también esa fórmula con sólo los liberales y los socialdemócratas. El ex radical Marco Panella relanza la candidatura de otro democristiano, el presidente de la Cámara de Diputados Oscar Luigi Scalfaro, mientras la DC espera. Pese a tanta confusión , Craxi y Occhetto aseguraban que la solución final podría llegar en pocas horas.
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