Gibraltar, en lírica

La Comunidad de Madrid ha presentado en el teatro Monumental la versión de concierto de Gibraltar, un drama lírico basado en la zarzuela de Barbieri y Picón Gibraltar en 1890. El proyecto, plausible en principio, presenta en su realización matices bastante extraños. Si se pretendía, como se dice, homenajear a Barbieri, cosa más que justa, ¿por qué se escoge una obra de la que, prácticamente, es autor Gabriel Fernández Álvez y en la que lo mejor de don Francisco -sus saberes y su gracia populares- no aparece por ninguna parte?El autor de Gibraltar, rehecho o, como digo antes, reinventado por Fernández Álvez, fue don José Picón (Madrid, 1829-Valladolid, 1873), autor teatral y profesor en la Escuela de Arquitectura, cuyo nombre saltó a la máxima popularidad, junto al de Barbieri, en Pan y toros, libreto muy superior al gibraltareño, aun cuando éste, en el original, no es tan deplorable como la adaptación estrenada el martes.

Si no me equivoco, Álvez había preparado su obra hace algún tiempo, con la intención de enviarla a algún concurso. Adoptó la forma operística, o, si se quiere, de "ópera chica", por cuanto no hay más partes habladas que algún recitado sobre música. El resultado de la serie de arias, dúos, coros y concertantes no es de Barbieri, pero tampoco de Álvez, ya que éste, habitualmente, practica un . lenguaje moderno con el que ha conseguido notorios éxitos y al que esta vez ha renunciado.

Tuvo una acogida muy favorable, pero en definitiva este Gibraltar nada añade a la obra del músico madrileño actual (1943), ni al mejor conocimiento de la del otro gran madrileño que fue Francisco Asenjo Barbieri.

Una interpretación limpia y no demasiado matizada, cuya dirección llevó el, coruñés Luis Izquierdo, corrió a cargo de los intérpretes que se citan en la ficha. Abundaron los aplausos y la asistencia fue ingenuamente feliz.

El conflicto tiene un final feliz: "Más que Gibraltar vale/ la amistad de un pueblo hermano". Sólo faltó que gritásemos "torero, torero".