Las deficiencias educativas, hacen descender a España del puesto 20 al 23 entre los países con mayor bienestar
El nivel de educación, inferior a la media europea, es responsable de que España haya pasado en un año de la posición 20 a la 23 entre los países más desarrollados del mundo en el Informe de Desarrollo Humano 1992. España ha sido superada por Irlanda, Israel y Barbados, con un crecimiento más rápido. Sigue manteniendo el séptimo puesto mundial en esperanza de vida y la tasa de parados más alta de las naciones industrializadas.El Informe de Desarrollo Humano 1992, hecho público por tercer año consecutivo, ofrece hasta 46 tablas, comparativas sobre múltiples parámetros económicos y sociales. Para establecer el índice de desarrollo humano (IDH), y con él la clasificación de países en función de su nivel de desarrollo, el informe selecciona los tres parámetros que sus redactores consideran más fiables y actualizadas por todos los Estados con fecha de 1990: la longevidad (según la esperanza de vida al nacer), el nivel de conocimiento (evaluado, en sus dos terceras partes, por la tasa de alfabetismo adulto, y en una tercera parte, por la escolaridad promedio) y finalmente los ingresos (una valoración del producto interior bruto por habitante adaptada al poder adquisitivo).
En función de su IDH, España ocupa el puesto número 23 entre las naciones más desarrolladas, con una esperanza de vida de 77 años, una tasa de alfabetización adulta del 95,41/o (la media europea es del 99%), una escolaridad media de 6,8 años (la media europea es de 9,8 años) y finalmente un producto interior bruto por habitante adaptado al poder adquisitivo de alrededor de 900.000 pesetas anuales (la media europea está en torno a 1,3 millones de pesetas).
Relativizar los datos
Jean Fabre, jefe de información del PNUD para Europa, afirma que son los datos del nivel de educación los que claramente hacen descender a España en la clasificación mundial. 'Tos datos empleados en la clasificación general de desarrollo humano han sido facilitados por los propios países. Y esos son los datos que España nos ha mandado", explica. "Puede ser que España esté manejando unos baremos estadísticos para las tasas de alfabetización distintos a los de otros países y eso le haga descender. Es lo que le pasó a Estados Unidos en 1990; por eso cambió, y el año pasado ya había subido muchos puestos".
Fabre matiza que el índice general maneja sólo tres datos ante la imposibilidad de obtener mayor cantidad de información de los 160 países. "Es un, trabajo enorme el que hacemos; pero el propio PNUD es crítico con el informe, reconoce que es incompleto y que debiera incluir otros datos que den mejor idea del nivel de bienestar en cada país. Las diferencias entre hombre y mujer y las de distribución de los ingresos, sobre todo. Pero en la actualidad resulta imposible recopilarlos de todo el mundo. España, por ejemplo, n ' o nos ha facilitado la diferencia entre el salario medio de la mujer y el del hombre".
El representante de la ONU quiere relativizar también ese puesto 23 de España en la clasificación general. "Si se incluyera el baremo del reparto equitativo de la riqueza nacional, España subiría seis puestos. El índice de desarrollo humano sirve sobre todo para un análisis de las grandes áreas mundiales de desarrollo y para ver grupos de desarrollo: qué países presentan un nivel alto [los 47 primeros], medio [hasta el puesto 951 y bajo [el resto]. Quiero advertir que en la parte alta de la clasificación, entre los 30 primeros países, no debe entrarse en muchos más detalles; hay que relativizarla mucho porque el índice no está lo suficientemente perfeccionado como para afinar entre los países industrializados. Habría que utilizar más baremos, faltan las matizaciones. España debe fijarse que está entre los 30 primeros".
En el resto de las tablas comparativas del informe se utilizan estadísticas más atrasadas, entre 1980 y 1990. España queda reflejada en la mayoría de ellas en inferiores condiciones que la media de los países de la Comunidad Europea, excepto en esperanza de vida, número de libros editados, accidentes de tráfico por habitante, delincuencia ligada a las drogas, homicidios, suicidios, violaciones y tasa de crecimiento anual de la población.
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