Los significados obvios de Rosemarie Trockel
Procedente de Boston, Berkeley, Chicago y Toronto -periplo bastante revelador-, concluye en Madrid el recorrido americano-canadiense de esta exposición de la artista alemana Rosemarie Trockel (Schwerte, 1952), muy estimada hoy en determinados círculos a la moda.Decía que el recorrido que esta muestra ha seguido por las dos grandes potencias de América del Norte antes de llegar aquí era, a mi juicio, revelador, porque, en efecto, aunque Trockel es una artista alemana influida por Beuys y en sintonía con algunos otros compatriotas, como Schütte, Fritsch, Harold, entre otros, responde a un prototipo ideológico fundamentalmente en voga en los medios universitarios y radicales de Estados Unidos de Norteamérica.
Rosemarie Trockel
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Santa Isabel, 52. Madrid. Hasta el 17 de mayo.
A base de repetirse, con ligeras variantes, el estereotipo, no hay dificultad para informar sobre él al lector avisado de la actualidad artística internacional: feminismo, ecología y vagas referencias políticas a la alienación cotidiana, por una parte, y ciertas licencias lingüísticas, entre el eclecticismo y el juego malabar, que nos hacen guiños desconstructivos.
Para ser más concretos en el caso de lo que ahora presenta Trockel en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, en Madrid, las cosas se presentan como siguen: la opresión de la mujer es aludida mediante la exhibición de utillaje doméstico -planchas, placas de cocina, escobas, medias y alguna camisa masculina lavada y planchada para el buen solaz marital-; el ecologismo, mediante una marsopa, con rubia peluca en forma de collar, colgada por la cola o unos cervatillos abatidos...
Evidentemente, estoy haciendo una caricatura por vía de la simplificación, que no de la invención, pero, en todo caso, estos mensajes edificantes no me parecerían mal en manuales de educación cívica para escolares, ni aún sirviendo de soporte para obras de arte si no existiera el precedente histórico decimonónico de la llamada pintura realista de denuncia social, cuyo conocido ejemplo español fue ese cuadro condecorado del primer Sorolla que, mostrando un trabajador del, más exánime, se titulaba ¡Y luego dicen que el pescado es caro ... ! ¿Y quién podrá negar ante la sangre del marinero, ni ante la explotada mujer, ni ante la casi extinguida marsopa, que se trata de verdades como puños?
Influencias
El asunto del arte es, no obstante, bien distinto: parafraseando a Ortega, su signo puede ser obvio, pero su significado ha de ser recóndito, al menos si no quiere incurrir en la total superfluidad.
Si los significados de Trockel son más bien obvios porque están dados de antemano y responden a una odiosa buena conciencia, su signo es, sobre todo, un entrecruzamiento de influencias que, a veces, nos llevan a Beuys; otras, a Eve Esse, y las restantes, a otros tantos, con lo que su aportación constructiva o desconstructiva, es episódica. Es, no obstante, un artista sensible e incluso hasta interesante, pero a la que, a mi juicio, el Reina Sofía aún le viene grandísimo y sufre por ello, lo que quizá no le habría ocurrido en una kunsthalle o en una buena galería de promoción de valores en formación.
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