Un hombre digno
Aunque detesto el periodismo necrológico, porque es género que convierte al escritor en plañidera y porque siempre suena a vacío, no puedo menos hoy que hacer una excepción y sentarme ante la máquina para escribir unas palabras de despedida a Juan García Hortelano. Él también detestaba el género (al menos así me lo confesó una vez, seguramente pensando en este día), pese a lo cual tomó también la pluma muchas veces para despedir por escrito, sobre todo en los últimos años, a sus viejos amigos. Yo así le consideraba a él, pese a la diferencia de edad y a que no hayamos coincidido muchas veces en la vida: en un par de entrevistas que le hice, alguna vez por la calle, en el estreno de mis películas (a las que nunca faltaba, ignoro por qué motivo) y en las comidas que Ángel Sánchez Harguindey, el redactor jefe de Opinión de este periódico, organizaba todos los martes con él como principal invitado y contertulio.No voy a hacer, en esta nota de urgencia, un repaso a su figura de escritor ni a la importancia que su obra pueda tener para la historia de la literatura. Ya habrá otros que lo hagan con mayores conocimientos que yo y con mejor estilo. Yo sólo quiero decir que, si algo fue Hortelano para mí, fue, sobre todas las cosas, un hombre digno. Y eso, en un tiempo como el que le tocó vivir a él, primero de mucha pena y luego de mucho olvido, y en un mundo como el nuestro, tan lleno de vanidades, de apariencias, de competencia y de egolatría, es algo que sólo está al alcance dé unos pocos y que realza, por eso mismo, más su figura.
Hortelano fue uno de ellos, uno de esos pocos hombres dignos. Por eso le considero también -y aprovecho la ocasión para decirlo- digno de haber vivido mejor época, digno de mayor fama, digno de más atención y digno, sobre todo, de que ni su persona ni sus obras caigan nunca en el olvido. Porque, al fin y al cabo, nadie muere del todo mientras no le olvidan.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.