Un impulso perdido en España

El impulso español en temas relacionados con la bioética, que se plasmó en legislación considerada todavía avanzada respecto a temas como los trasplantes de órganos o la fertilización in vitro, se ha perdido en los últimos años. Mientras, otros países que empezaron más tarde han recuperado el tiempo regulando las actividades médicas y científicas o incorporando a su legislación normas en áreas como la investigación en seres humanos o la manipulación de embriones.En España, mientras tanto, no existe todavía un registro de los profesionales que practican técnicas de reproducción asistida, ni garantía de calidad y secreto profesional en los análisis prenatales o genéticos. Tampoco se ha dado el paso de crear un comité nacional de bioética, ni la actual reunión de los comités ya existentes en Europa se ha aprovechado hasta el momento para concretar su posible creación, aunque los proyectos existen, guardados en algún cajón ministerial.

El ministro de Sanidad sí destacó ayer la importancia de estos comités, formados por científicos, moralistas y juristas. Tienen la característica de su independencia del poder y se centran en la ética de la investigación, la ética global y la nueva relación entre médico y paciente, según la especialista canadiense Sonia Le Bris.