El 'Tirano Banderas' dirigido por Lluís Pasqual triunfa en París

Con entusiasmo compartido y larga ovación final, anoche se estrenó en París, en el Odeón Theatre d'Europe, la versión teatral de Tirano Banderas escrita en 1926 por Ramón María del Valle-Inclán y ahora dirigida por Lluís Pasqual. Tirano Banderas es la obra elegida para inaugurar un ciclo hispánico que se prolongará hasta finales de año y que acogerá hasta un total de 14 montajes de autores o grupos hispanoamericanos o sobre el nuevo continente.

Tirano Banderas transcurre en un carrusel, en un tiovivo creado por el pintor Frederic Amat, en el que se montan no sólo los personajes -el dictador, Nachito el Licenciado, Roque Cepeda, el indio Zacarías, Lupita o el mayor del Valle-, sino también un delirio barroco y monstruoso de figuras relacionadas con la muerte. A medida que avanza la pieza, el tiovivo va desvencijándose y quedándose en mera carcasa. Para Pasqual y Amat la elección del carrusel responde a la necesidad de encontrar una imagen que expresase la "realidad del delirio egocéntrico de un dictador, que es un planeta oscuro alrededor del cual gravitan unos satélites".El actor escogido para dar cuerpo al caudillo que organiza ese "círculo de fatalidades absurdas" es Lautaro Murúa. Sobre el escenario, a medida que avanza el drama, adquiere la dimensión grotesca y grandiosa que le corresponde a su naturaleza de emperador en pijama. El mayor Del Valle, su hombre de confianza, torturador redomado es Lluís Homar; Walter Vidarte da vida a un patético Nachito Veguillas; Patricio Contreras y Angelina Peláez son los dos únicos actores a los que les han correspondido personajes no directamente esperpénticos -el indio Zacarías y su mujer-, y Tito Junco, Juan José Otegui, Leonor Manso y Vivian Cofiego completan un reparto hecho contando con las dos orillas y con todos los acentos posibles del español.

Al estreno de la obra asistió un público muy especial, en el que se mezclaban escritores como Robbe-Grillet o cineastas como Nicos Papatakis, con actores y directores españoles -José Luis Gómez, por ejemplo- y una muy equilibrada mezcla de parisienses y colonia hispana. Un largo y prolongado aplauso final expresó un entusiasmo compartido. Para Lluís Pasqual, Tirano Banderas parece suponer una actitud diferente por parte de la prensa y los especialistas franceses. Hasta ahora, cada vez que se habla de su trabajo se recuerda también la sorpresa que causó al llegar a París su phisique adolescent. Ahora parece haber adquirido otra envergadura y petit, il parait grand.

Tirano Banderas es el fruto de una coproducción entre el Odeón, la Sociedad V Centenario, el INAEM, la SGAE y la Comunidad de Madrid, y tras su estreno en París, se representará en Girona, Caracas, Bogotá, Buenos Aires, Sevilla, Barcelona, Roma o Madrid.