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Los palestinos estiman que la autonomía ofrecida por Israel es un "insulto a la inteligencia"

Antonio Caño

Israel reaccionó ante el rechazo a los asentamientos judíos en Cisjordania y Gaza con una propuesta sobre la autodeterminación de los territorios ocupados que la portavoz palestina, Hanan Ashraui, calificó de "insulto a la inteligencia". Las negociaciones continuaron ayer en un ambiente de intenso debate, en el que los israelíes trataban de desviar la atención sobre sus discrepancias con la. Administración norteamericana.

Los últimos movimientos de la delegación israelí han estado dirigidos a salir de las cuerdas, contra las que quedó después de que el secretario de Estado, James Baker, advirtiera que el Gobierno de Israel tendría que detener la construcción de asentamientos para lograr garantías bancarias para préstamos por importe de 10.000 millones de dólares (un billón de pesetas) en cinco años.Para ello trató, en primer lugar, de demostrar ante la opinión pública su voluntad negociadora aceptando extender las conversaciones de Washington hasta casi la mitad del próximo mes si es necesario. Los israelíes ni siquiera han puesto gran énfasis en su vieja reclamación de trasladar el diálogo a Oriente Próximo.

Al mismo tiempo, la delegación israelí intentó probar -principalmente ante el Congreso, que es donde, finalmente, se tiene que dar luz verde al crédito al que aspiran- que los intransigentes en estas conversaciones son los palestinos. Los negociadores israelíes presentaron en la noche del martes una propuesta de autonomía para los territorios ocupados que no hace ninguna mención de autoridades palestinas elegidas democráticamente entre los palestinos ni de retirada del Ejército israelí. La reacción palestina fue radicalmente contraria a esa oferta. "Está claro que los israelíes están tratando de minar el proceso de paz", dijo Hanan Ashraui.

Según fuentes diplomáticas árabes, el documento entregado por la delegación israelí incluye entre otras ofertas ceder a los palestinos competencias limitadas a algunos campos, entre ellos la religión, la educación, la seguridad interna y la distribución de correo.

Los palestinos quieren un plan de autodeterminación que incluya la salida de los soldados israelíes de los territorios ocupados y la celebración de elecciones generales entre los 1.750.000 habitantes de esa zona para formar un Parlamento de 180 miembros.

En contra de eso, lo que los israelíes presentaron, según fuentes palestinas, fue una autonomía que únicamente permitiría a la población de los territorios administrar ciertos servicios y los asuntos religiosos y deportivos.

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El jefe negociador israelí, Elyakim Rubinstein, advirtió que las ambiciones palestinas eran imposibles de satisfacer. Dijo que las propuestas de su delegación eran dignas de ser tenidas en cuenta e invitó a los palestinos a "echarles una ojeada".

Ganar tiempo

Algunos observadores estiman qué con esta discusión lo que hace Israel es tratar de ganar tiempo mientras llega a un compromiso con EE UU sobre el crédito. The Washington Post informaba ayer de que la Administración está preparando con el Congreso una oferta para salir del actual enfrentamiento con Israel sobre el problema de los asentamientos. La idea que menciona el diario es la de dejar en manos del Gobierno la determinación sobre cuáles asentamientos obstaculizan la concesión de los créditos y cuáles no.

Por el momento, Israel no da por perdido ni el dinero ni los asentamientos. Uno de los principales miembros de la delegación israelí en las conversaciones de Washington, Yosef Ben Aharon, insistió ayer en que su país no va a renunciar al derecho de construir en todas las partes del territorio nacional, pero opinó que el asunto no está todavía cerrado en lo que se refiere a las relaciones con Estados Unidos.

Ben Aharon se mostró partidario de que mientras se avance en las negociaciones bilaterales con palestinos, libaneses, jordanos y sirios. Por el momento no parece que nadie vaya a romper el diálogo. En días anteriores se había fijado la fecha del 4 de marzo para abandonar Washington, pero todos parecen ahora de acuerdo en seguir hasta el 11 de marzo.

La mayor parte de los diarios israelíes ponían ayer en evidencia la intervención norteamericana en la campaña electoral y advertían de que el efecto podría resultar opuesto al deseado por la Casa Blanca, informa Víctor Cygielman. La opinión generalizada es que Shamir no puede congelar los asentamientos porque eso sería un suicidio político.

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