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La moda retrocede hasta los años treinta y masculiniza a la mujer

Roberto Verino aportó plasticismo a la Pasarela Cibeles y Purificación García dignificó la apuesta "por los valores seguros". Estos dos creadores consiguieron levantar el desánimo que se vivió durante la jornada de ayer en el Palacio de Congresos de Madrid, ante un escaparate de moda que afloja en cuanto a novedades. Los aires retro -años treinta y cuarenta-, la masculinización de la mujer y la firmeza de la falda larga resumen los aires eclécticos del invierno de 1993.

Ocurre un fenómeno curioso en moda, según se puede extraer de las propuestas que se presentan esta semana en la Pasarela Cibeles y que hasta el día 21 mostrará las colecciones de un total de 18 diseñadores españoles.El espejismo histórico, que suele ofrecer apuntes al capricho estético, se traslada ahora a los años treinta y cuarenta. La lectura: cada vez más hacia atrás. El supuesto: ante un futuro amenazador y contaminado, mejor examinar los orígenes y llegar hasta las raíces de lo clásico.

El traje pantalón, las faldas largas con corte o botones, la abundancia del chaleco, los zapatos de plataforma y tacón ancho, los tejidos de caída masculina y las cinturas avispadas, se proponen (según explicitan las carpetas de prensa de una gran parte de diseñadores) como un "reencuentro glamuroso con los años treinta o cuarenta".

En tan sólo un año la moda ha pasado de la apología de la minifalda a la silueta cubierta, holgada y hasta el tobillo. El sexy evidente abandona la pasarela en pos de los valores seguros. Conscientes del giro de prioridades del consumidor, entre el cual la moda y el marquismo desciende varios escalones, las colecciones presentadas en la Pasarela Cibeles proyectan un aroma casero.

Los gruesos jerséis, las chaquetas de cuadro escocés y sobre todo el toque country, con flecos, cuadros y chalecos de gaucho que presentó Loewe, remarcan el corte de tijera al riesgo.

La seda lavada de María Guardione con formas fluidas y de largo absoluto, y los sastres de nuevo masculinizados con defensa del sport incluso para la noche evidenciaron ayer la concepción de una moda gris, en la que no tiene lugar el sentido lúdico.

Roberto Verino resultó el más colorista y dinamizó, como en las ediciones anteriores, el tono de la Pasarela Cibeles, proponiendo una gran cantidad de tendencias que reconducen a la mujer hacia el eclecticismo del actual prét-á-porter, rematado por detalles de costura.

Purificación García, mostró los mejores tejidos de la pasarela. y sus diseños sobre cueros combinados con chalecos plumados levantaron aplausos de un público deseoso por dejarse sorprender.

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