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Un aborto por violación de una joven provoca una grave crisis nacional en Irlanda

Enric González

El embarazo por violación de una joven de 14 años ha provocado una grave crisis institucional en la República de Irlanda. La víctima se trasladó con sus padres al Reino Unido durante la semana pasada para que se le practicara un aborto. Pero el fiscal general, en primera instancia, y la High Court de Dublín, más tarde, han prohibido que ese aborto se lleve a cabo, aunque sea fuera del país. El fiscal y los tribunales se atienen literalmente a lo que establece el articulado de la Constitución irlandesa, que, a juicio de amplios sectores de la sociedad, debe ser reformada inmediatamente.

El primer ministro Albert Reynolds convocó ayer a los partidos políticos a una reunión en la que se discutirá la reforma de la legislación antiabortista. Hasta ahora, los esfuerzos laboristas por llevar el asunto al Parlamento habían fracasado ante el argumento gubernamental, de que el caso está sub judice.Nunca antes la sociedad irlandesa, profundamente católica, se había encontrado con un dilema tan crudo como el actual. La joven reúne todas las condiciones que hacen aconsejable el aborto, y en circunstancias normales habría abortado sin dificultades en el Reino Unido, como hacen anualmente más de 4.000 irlandesas. Pero una casualidad puso el asunto en manos de los tribunales, y éstos se han visto obligados a aplicar un texto constitucional muy riguroso.

La joven fue violada en diciembre por el padre de su mejor amiga. La agresión causó un terrible daño psicológico en la víctima, de sólo 14 años. Y el daño se vio incrementado a finales de enero, cuando se comprobó que estaba embarazada. La joven intentó suicidarse varias veces y quedó sumida en un estado de depresión profunda. Sus padres organizaron de inmediato un viaje al Reino Unido para proceder al aborto.

Terrible error

Pero el padre, en su afán por contribuir a la investigación del suceso, cometió un terrible error: preguntó a la policía si necesitarían una muestra de los tejidos del feto como prueba genética en el juicio contra el acusado de la violación, la policía traspaso la petición por escrito al juez; que, a su vez, la remitió a la Fiscalía. El fiscal aplicó la Constitución, según la cual el derecho a la vida del feto tiene prioridad "sobre cualquier otra consideración". Y emitió un interdicto por el que prohibía abortar a1a.joven. Ella y sus padres, que estaban ya en Gran Bretaña a la espera de la intervención, regresaron a Irlanda confiando en que la High Court de Dublín (equivalente a la Audiencia Nacional española) enmendara la decisión de la Fiscalía General. Pero la High Court ratificó el lunes que la Constitución es inequívoca en este punto y que la joven embarazada debería ir a la cárcel si abortaba.

El polémico artículo antiabortista fue añadido a la Constitución tras el referéndum de 1983, en el que dos tercios de los votantes rechazaron la legalización del aborto. Pero nunca se había aplicado en un caso concreto. La fácil opción del aborto en el Reino Unido (a una hora de avión, unas 20.000 pesetas más las 60.000 de la intervención) servía hasta ahora para soslayar la Constitución, con la aquiescencia implícita de las autoridades.

La familia de la joven anunció ayer que recurrirá ante el Tribunal Supremo irlandés. Pero no parece fácil que el alto tribunal falle de forma distinta a como lo han hecho instancias inferiores vista la claridad meridiana de la enmienda constitucional. Y, sobre todo, se acaba el tiempo. La ley británica sólo permite el aborto durante las primeras 24 semanas; tras ese plazo, sólo puede practicarse en casos excepcionales y con autorización judicial. El Supremo irlandés. suele ser lento en la preparación de sus sentencias.

La prensa irlandesa, ha reaccionado con rabia. The Irish Times el diario más influyente, se preguntaba ayer: "¿Qué ha pasado en esta República, en qué tipo de Estado se ha convertido para que en 1992 toda la panoplia de su autoridad, policía, fiscales, tribunales, se movilice para condenar a una niña de 14 años al embarazo y al parto resultantes de una violación? ¿Con quién tenemos que compararnos? ¿La Rumania de Ceausescu? ¿El Irán del ayatolá? Hay cierta similitud", concluye.

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