_
_
_
_

La moda de Saint Laurent toma la Bastilla

El modista congregó al 'todo París' en su fiesta de 30 aniversario profesional

ENVIADA ESPECIAL La moda tomó la Bastilla y más de 2.700 personas con gritos de bravo y lágrimas en los ojos aplaudieron de pie a Yves Saint Laurent. Cien modelos que iban surgiendo del profundo escenario de la ópera de la Bastilla fueron el mejor tributo a "esta historia de amor" que definió el propio modista en relación a su trayectoria con la moda. Entre los presentes al acto no faltó, siquiera, la Administración gala, representada por el ministro de Cultura, Jack Lang.

Colección tras colección desde el traje negro número 001 hasta la capa cubista número 63.340, un centenar de piezas testimoniaron la grandeza de los 30 años que desde un lunes 29 de enero de 1962, Saint Laurent ha concebido "pensando en la mujer, para satisfacer ese don de creación que sólo ella posee". El acto contó con la presencia del ministro de Cultura francés, Jack Lang -"gracias a usted, ministro, la moda ha encontrado su razón de ser, solidaridad, fraternidad", le manifestó Pierre Bergé, director de la sociedad Saint Laurent y presidente de la ópera de París-, asi como numerosas personalidades del mundo de la cultura, el ballet, la política y la moda.Visiblemente emocionado, con voz entrecortada y respirando largos silencios que eran cubiertos por aplausos, Saint Laurent dio las gracias. Como lo ha hecho siempre, después de cada desfile, elogio o beso, Yves-Mathieu Saint Laurent bajó los ojos, en una breve reverencia que acaba en sonrisa helada. A su lado, y también en el escenario, Catherine Deneuve: "Para mí siempre será el más grande, el genio. Y me siento feliz de compartir este homenaje en la intimidad", y Pierre Bergé, le susurraban palabras al oído. Las maniquies, que momentos antes habían levantado el telón acompañadas p la Orquesta Nacional de la Opera de París rodeaban al modista, vestidas por grupos; los esmóquines, las transparencias, los dorados, los trapecios, y los pechos semidesnudos.

Expresar el amor

"Sólo aspiro a poder llegar a expresar en las colecciones que vienen el amor que contiene esta casa", dijo Saint Laurent. Minutos antes, el público lo había contemplado en una inmensa pantalla con 21 años detrás de las bambalinas, aderezando el sombrero a su modelo preferida Victoire y tembloroso ante un debú que "o nos hunde o nos trae la gloria"."No me atrevería a calificarlo de couturier, pero sin lugar a dudas él tiene ideas, tiene estilo. Es un bebé de la gran moda", relataba la primera profesora que topó con un geniecillo recién desembarcado de Orán (Argelia), con 50 diseños bajo el brazo; 1,84 metros de altura, 62 kilos, grandes lentes y un talento precoz.

Un filme documental -con partes inéditas- que contenía grabaciones de 1959, el año en que sucedió a Dior; 1962, su primer desfile; 1968, entrevistado por Claude Berthod, en el programa televisivo que conmocionó al país Dim-Dam-Dom, y 1990, en su penúltimo desfile de alta costura, presentó a un Saint Laurent que, según sus más próximos, se conserva hoy igual de rebelde y fresco de ideas que entonces.

El rechazo a los burgueses -"detesto su espíritu, su intransigencia, su mal gusto. Se ponen un broche, se peinan mucho y ya está"-, el análisis crítico a la costura, de la cual sólo admira a Balenciaga, Chanel y Dior, su miedo a la soledad y su pasión, por aquel entonces, hacia el movimiento beatnik, fueron los grandes temas del documento proyectado que hoy sigue firmando el modista.

"Ha sido una retrospectiva muy emocionante. Un largo viaje al lado de Yves Saint Laurent y me he dado cuenta de cuánto hemos trabajado", manifestaba ayer Loulou de la Falaise, la eterna musa que ha desfilado hasta hace poco los trajes de novia del modista y que recuerda como colección favorita la de Carmen.

La empresa Yves Saint Laurent que en 1990 tuvo una cifra de negocios de 4,5 millones de francos y que actualmente cotiza en Bolsa, sigue manteniéndose por "esa sensación de perpetuo encantamiento, como el primer día", según señalaba Anne Marle Muñoz, directora del estudio de costura desde su creación.

"Hace 30 años no habríamos osado ocupar la ópera de París ni contar con todos ustedes. Pero, paso a paso, y de victoria en victoria, hemos construido un imperio", declaraba Pierre Bergé en su discurso de presentación.

Lleno de propuestas, con ganas de vivir y más calmado -según él, desintoxicado de la cocaína y del alcohol- se siente hoy Yves Saint Laurent, considerado como la tercera persomás popular de todo el mundo.

El barítono Dmitri Hvorostovsky y la soprano Katia Ricciarelli interpretaron ayer, entre proyección y desfile, piezas de Chaikovski, Rossini y Puccini.

De todas las palabras que se le escucharon durante la sesión de homenaje a Saint Laurent, hubo una frase que despertó la admiración de los presentes. 11 ¿Cuál es para usted el estado de máxima felicidad?", le preguntaban en una entrevista proyectada, a la cual contestaba: "Dormir con la gente que amo", respondía el creador. Incluso los taxistas de París exclamaban casi a medianoche: "Es el más grande de Francia. ¡Viva Saint Laurent!".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_