100 arquitectos se asocian para instalar un bar de reunión en la Expo
Un centenar de arquitectos se han asociado para instalar un "bar de copas" en el recinto de La Cartuja, sede de la Expo 92, que se llamará Mies Bar Der Rohe, en homenaje al arquitecto alemán Luwdin Mies Van Der Rohe. El único requisito para pertenecer a esta sociedad es ser arquitecto y haber trabajado en o para la Exposición Universal; su finalidad, que los especialistas y "todo el que esté interesado" disponga de un lugar de reunión e intercambio en el recinto de la Exposición, según informó ayer el arquitecto Víctor Pérez Escolano.Los socios tratan de "incorporar al modelo de la Exposición Universal un retazo del sistema tradicional de la Feria de Abril", en la que las casetas, como lugar de alterne, facilitan el encuentro.
Actualmente la sociedad está integrada por cien arquitectos, cada uno de los cuales ha aportado 100.000 pesetas.
El diseño del bar, que estará ubicado al borde del lago, junto a los edificios de las comunidades autónomas y del pabellón de España, ha sido encargado al arquitecto catalán experto en interiores Daniel Freixes. Los socios mantienen con celo el secreto sobre cómo será esa decoración, para no descubrir el factor "sorpresa".
Halagos
Una mesa redonda sobre la arquitectura y la Exposición Universal fue ayer el punto de partida del programa de la sociedad. Al acto de presentáción asistió el comisario general de la Expo, Emilio Cassinello, quien resaltó la "proporción altísima de halagos" a la arquitectura de La Cartuja que ha recibido de quienes conocen el recinto.Cassinello resaltó como cualidad de la arquitectura del recinto "la falta de autor del conjunto", lo que hace que en La Cartuja se muestre heteregoneidad de conceptos y estilos. Los arquitectos, sin embargo, criticaron precisamente este concepto de diversidad. Freixes apostilló que le hubiera gustado que la Expo fuese "un edificio formado por edificios, con unidad urbanística e implantación más compacta de los pabellones de las naciones", a lo que su colega Antonio Vázquez de Castro añadió: "Debería haber sido como una tarta dividida en porciones, y no una. bandeja de diferentes pasteles".
Las críticas se extendieron a los espacios públicos. Varios profesionales echaron en falta la ausencia del concepto urbanístico de países del Sur, al afirmar que el diseño de las avenidas es excesivamente ancho, lo que impide la fisonomía "acogedora y sombreada" de las calles típicamente de zonas muy calurosas. Sin embargo, Cassinello opinó que se ha diseñado precisamente así porque la Expo se ha concebido como un espacio abierto.
Por último resaltaron que casi nunca una exposición ha dado las claves de la arquitectura del futuro, aunque en esta ocasión los españoles van a tener la oportunidad de demostrar que no tienen complejos respecto a lo que se hace en otros países.
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