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El año de la verdad para Cuba

El régimen de Castro se revuelve contra la oposición interna y externa

Un militante comunista cubano, mirando cómo las gotas de agua de mar saltan el malecón en La Habana, piensa en lo que vendrá. Apenas van unas semanas del año 1992, bautizado por Fidel Castro como "la prueba de fuego de la revolución", y ya se ha producido un fusilamiento, dos cubanos han sido condenados a 30 años de cárcel por terrorismo y otro más ha sido sancionado con 20 años por sabotaje en Santiago de Cuba.

Jesús, miembro del Partido Comunista Cubano, contempla el mar y dice: "Este año va a ser duro, muy duro". Son las ocho de la tarde del domingo 26 de enero, y el noticiario de la televisión cubana da el parte de salud del sargento de la Policía Nacional Revolucionaria Rolando Pérez Quintosa, único sobreviviente de los sucesos de la base náutica de Tarará, donde murieron asesinados tres miembros del Ministerio del Interior. Su estado, dice una cabizbaja locutora de televisión, es crítico.

Mientras escucha las noticias, esús relee el editorial de Granma en el que se iguala a los contrarrevolucionarios de Miami con los disidentes Internos y los "defensores de la tercera cipción", a quienes algunos identifican con aquellos miembros del propio Partido Comunista Cubano contagiados por los aires de la perestroika. El opina que al menos cuatro de los siete implicados en el triple asesinato morirán fusilados. "Es lo justo", afirma. El juicio -que podría comenzar esta misma semana- se saldará con varias condenas a muerte, y esta vez será muy dificil que alguna de ellas sea conmutada.

Ya el ministro de Defensa y número dos del régimen, Raúl Castro, advirtió, durante el sepelio de los tres policías muertos, que las leyes revolucionarias se aplicarían de forma inflexible contra los autores de este crimen, y dijo que "quien a hierro mata, a hierro rnuere".

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Juicios a opositores

Jesús está al corriente del proceso contra las siete personas que asesinaron a tres agentes cuando intentaban robar un barco para abandonar ilegalmente el país. No lo está tanto de los otros juicios que se abrirán contra dos miembros de la disidencia interna. Sebastián Arcos Bergnes, de la Comisión Cubana Pro Derechos Humanos, e Indamiro Restano, de] Movimiento Armonía, acusados de delitos contra la seguridad del Estado.

Arcos Bergnes, a quien se acusa de rebelión, fue detenido a comienzos de año por figurar su nombre en la libreta de notas ocupada a Eduardo Díaz Betancourt, el jefe del comando anticastrista infiltrado en la isla que fue fusilado el pasado día 20.

Restano, por su parte, fue detenido a Finales de 1991, acusado de intentar captar a militares para su proyecto disidente.

Como buen revolucionario, Jesús comparte con sus superiores la idea de que en estos momentos difíciles, quizá los más difíciles de toda la historia de la revolución cubana, se debe actuar severamente contra los "contrarrevolucionarios de fuera y de dentro", pero todavía no ha logrado identificar a los "defensores de la tercera opción". Algunos funcionarios cubanos aseguraron que, con este apelativo, las autoridades se refieren a un, grupo de personas, fundamentalmente intelectuales, que aboga por una solución híbrida entre capitalismo y socialismo, pero para la cual, por supuesto, hacen falta reformas.

Aquí estarían el escritor Manuel Díaz y el periodista Bernardo Marqués, firmante de la Declaración de intelectuales cubanos, quienes iban a acudir a casa del disidente Elizardo Sánchez el 15 de diciembre, día en que Sánchez fue objeto de un "acto de repudio" de más de 12 horas.

[Por otra parte, la Asociación Cubano-Española ha convocado una manifestación frente a la Embajada de Cuba en Madrid, el próximo sábado, para pedir la supresión de la pena de muerte, la amnistía para los presos políticos y la restauración de la democracia en la isla.]

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