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Exteriores veta un proyecto con Estados Unidos para reorganizar la policía nicaragüense

El Mínisterio de Asuntos Exteriores español vetó el pasado mes de diciembre un proyecto de cooperación hispano-norteamericana para reorganizar la policía de Nicaragua que, si tenía éxito, habría podido servir de modelo para hacer extensiva a otros países latinoamericanos esta colaboración bilateral entre Washington y Madrid, según revelaron fuentes de la Administración.

Estados Unidos y España son los dos países que más cooperación de esta índole llevan a cabo en América Latina. Excepto con Paraguay, el Ministerio del Interior español mantiene cooperación con todos los países de habla española y portuguesa de ese continente y entre sus principales clientes figura Nicaragua.Con el propósito de que las ayudas que brindan ambos sean complementarias y no contradictorias, el Departamento de Estado norteamericano mantuvo contactos con Interior que desembocaron, el 15 de noviembre en Washington, en una reunión del secretario de Estado adjunto para Latinoamérica, Bernard Aronson, y altos funcionarios españoles de Interior y Exteriores.

Se diseñó entonces un plan de cooperación común para profesionalizar la policía de Nicaragua y se acordó repetir la experiencia en El Salvador, aunque esta vez en estrecha colaboración con la ONU, cuyo anterior secretario general, Javier Pérez de Cuéllar, logró el 31 de diciembre que el Gobierno y la guerrilla hiciesen las paces. Para vigilar que se respeta, unos 200 policías y 50 militares españoles serán enviados en breve al país centroamericano a petición de Naciones Unidas.

Aronson y sus interlocutores españoles acordaron además ampliar la experiencia, si resultaba fructífera, en otros lugares del continente. Para guardar las formas se decidió también que, formalmente, la petición fuese cursada por las autoridades de Nicaragua, y, animado por los españoles, el titular nicaragüense de Interior, Carlos Hurtado, remitió en vísperas de Navidad sendas cartas a Madrid y Washington solicitándoles que aunaran sus esfuerzos para rentabilizar al máximo su cooperación.

En Exteriores, la Dirección General de Norteamérica se mostró favorable a la petición, pero la de Iberoamérica y el secretario de Estado de Cooperación Internacional, Inocencio Arias, acabaron imponiendo su rechazo. Alegaron que ir de la mano de Estados Unidos en proyectos de esta índole, que pueden a veces adquirir tintes represivos, podía hipotecar otros aspectos de la cooperación española en Latinoamérica y, sobre todo, empañar la imagen de España en algunos círculos políticos.

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Enfoques diferentes

Otras fuentes. diplomáticas señalaron que Hurtado no era representativo de la opinión del Gobierno de Managua, en el que el ministro de la Presidencia, Antonio Lacayo, habría expresado sus reticencias al proyecto. .Interior, por su parte, había acatado la decisión y no apeló ante Presidencia del Gobierno. En el departamento que dirige José Luis Corcuera se reconoce que EE UU y España tienen, a veces, enfoques diferentes de lo que debe ser una policía eficaz y democrática, pero se asegura que en el caso de Nicaragua los norteamericanos se acercaron notablemente a la visión española y renunciaron a poner en pie una policía municipal para evitar "reinos de taifas".

A lo largo de 1991 y, sobre todo, tras la visita en abril a Managua del secretario de Estado de Seguridad, Rafael Vera, España ha suministrado a la policía nicaragüense 50 coches patrullas usados, 50 vehículos todo terreno, 500 armas cortas de un pedido de 6.000 y 4 equipos de transmisiones.

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