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Argelia e Irán, al borde de la ruptura diplomática

Argelia se colocó ayer al borde de la ruptura de las relaciones diplomáticas con Irán como protesta por la injerencia del Gobierno de Teherán en los asuntos internos del país, en especial por el apoyo que el régimen shií iraní viene dando al partido integrista Frente Islámico de Salvación (FIS). Ayer, el ex partido único Frente de Liberación Nacional (FLN) se colocó también al borde de la ruptura a consecuencia de la polémica interna surgida a raíz de los contactos mantenidos por el secretario general de la organización con los integristas para establecer un frente común contra la junta cívico-militar.

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El directorio que gobierna Argelia está dispuesto a aislar el fenómeno integrista y a cortarle todo tipo de ayudas y apoyos internos o externos. Como consecuencia de esta decisión, el Ministerio de Asuntos Exteriores argelino convocó anteayer y ayer -17 y 18 de enero- al embajador de Teherán en Argel para pedirle explicaciones oficiales sobre las críticas que el Gobierno y la prensa de Irán han vertido con respecto al proceso político argelino y en especial por la supuesta ayuda que el régimen iraní está prestando al FIS.Las explicaciones del embajador iraní no satisfacieron al Gobierno de Argel, por lo que éste decidió ayer a última hora de la tarde retirar provisionalmente a su embajador en Teherán como medida de protesta. Al mismo tiempo, Argelia anunció que dejaría de representar en los Estados Unidos los intereses de Irán, tal como venía haciendo desde que el régimen del imam Jomeini rompió relaciones diplomáticas con Washington. Como consecuencia de la firme postura argelina, el Gobierno de Teherán ha decidido llamar al embajador en Argel.

Argelia coloca de esta manera a Irán en una situación delicada e incómoda, poniendo en evidencia que su política de ayuda al integrismo internacional vulnera los principios de no injerencia. Esta crisis diplomática se produce justo en el momento en que el Gobierno de Teherán pretende salir del aislacionismo internacional provocado por la revolución iraní, y trata al mismo tiempo de exportar su modelo de revolución integrista a diversos países de África y a repúblicas islámicas de la Unión Soviética.

El Ministerio de Asuntos Exteriores argelino llamó también ayer a consulta a su embajador en París. Con esta fórmula diplomática el Gobierno de Argel demuestra también su desacuerdo, aunque con un tono menor, con las declaraciones que el presidente francés ha efectuado sobre la dimisión del ex presidente Chadli Benyedid y el paréntesis de democratización.

[El Gobierno español ha convocado a todos sus embajadores en el Magreb a una reunión en Madrid la semana entrante para analizar la crisis en Argelia, informa Europa Press].Problemas en el FLN

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Mientras estallaba la crisis diplomática, otra crisis de virulencia singular se planteaba en el aparato del ex partido único Frente de Liberación Nacional. La polémica surgió como consecuencia de las declaraciones que había hecho días antes el secretario general de la organización y miembro del buró político, Abdelhamid Mehri, quien condenó la nueva junta cívico-militar, reclamó la reanudación del proceso legislativo y anunció de forma clara su alianza con los integristas. El propio Mehri había sido el artífice de un pacto con el FIS, después de la primera vuelta de las elecciones legislativas, tendentes a establecer un régimen de cohabitación en el país, lo que en su día provocó la indignación del mando militar y la posterior caída del presidente de la república, Chadli Benyedid.

Desde un punto estrictamente formal la contestación contra la cúpula del FLN ha partido de un sector disidente del buró político y de determinadas salas del Comité Central que acusan al secretario general de haber tomado decisiones por su cuenta y sin consultar a la base. Ante las dimensiones del escándalo el buró político se ha visto obligado a convocar una: reunión extraordinaria del Comité Central de donde saldrá un voto de censura hacia la dirección del partido y la convocatoria de un congreso. El FLN se ve sumido así en la crisis más importante desde su fundación.

Pero, en realidad, la contestación interna del FLN está impulsada desde el propio Gobierno de Sid Ahmed Gozali, que tiene la intención no sólo de romper el frente unitario FLN-FIS y controlar el partido, sino además de hundir irremisiblemente a su gran enemigo personal y político, al ex primer ministro Mulud Harnruche, quien dirige entre bastidores la política del FLN.

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