La junta argelina detiene a cientos de integristas
La tensión política saltó ayer a la calle en Argel, con ocasión de la oración del viernes en la mezquita de Sunna, en el barrio de Bad el Oued. Desde primeras horas de la mañana, un amplio dispositivo de la gendarmería cercó la zona, impidiendo el acceso a muchos jóvenes que, procedentes de otras zonas de la ciudad, pretendían concentrarse en el templo administrado por el dirigente y diputado del FIS Abdelkader Mogni, y donde estaba programa o que interviniera el líder de la formación integrista, Abdelkader Hachani.Las fuerzas de la gendarmería, con fusiles, bayoneta calada y provistas de máscaras antigás, establecieron asimismo controles en diversos puntos de la ciudad y formaron, por último, un cerco en torno a la estación central del ferrocarril, a escasos metros de la sede del Parlamento. Tenían como misión filtrar los trenes que traían desde las zonas alejadas de Argel a centenares de militantes del FIS que pretendían acceder al barrio de Bad el Oued. En la misma estación, y a medida que llegaban los convoyes, los jóvenes eran metidos en camiones de la gendarmería y conducidos a la comisaría, mientras dos helicópteros sobrevolaban la zona.
Ayer, día de fiesta islámica, centenares de curiosos siguieron durante toda la mañana los arrestos masivos, tranquilamente apoyados sobre los edificios de la avenida Che Guevara, desde la que se domina el puerto, la estación del ferrocarril y el mar. De vez en cuando, algún provocador confundido entre el público lanzaba gritos de ánimo a los detenidos -"Alá es grande", se oyó gritar a uno-, lo que en más de una ocasión desencadenó momentos de pánico y enloquecidas carreras hacia el interior de la ciudad y la alcazaba.
"Hasta la victoria"
A pesar de todos estos controles policiales, millares de Fieles y militantes del FIS lograron reunirse en torno a la mezquita de Bad el Oued para escuchar el largo discurso de Abdelkader Hachani, quien, una vez más, reclamó la resistencia pasiva y pacífica contra las provocaciones de la policía y del "Ilegítimo comité militar", que, según él, va a acabar cayendo por su propio peso. "Quieren que saquemos a la gente para dispararla, pero no vamos a darle esa oportunidad". Hachani tuvo palabras de desprecio para el nuevo presidente de la junta cívico-militar, Mohamed Budiaf, a quien calificó de "presidente importado", y dijo que "el FIS ha provocado la caída del presidente y seguirá hasta la victoria".
Hachani, con un tono firme y contenido, acusó a Estados Unidos de estar detrás de lo que calificó como un golpe de Estado, y reclamó una vez más el apoyo del Ejército para defender la elección del pueblo y la causa islámica. El discurso de Hachani se interrumpió para dar lectura a un comunicado oficial del FIS en el que se aseguraba que, en las últimas horas, se habían producido al menos 500 detenciones.
El colérico Abdelkader Mogni, imam de la mezquita de Bad el Oued, diputado tras obtener el 85% de los votos de su barrio, dirigió también desde la mezquita de Sunna un mensaje personal a Budiaf. En tono paternal le advirtió: "Los mismos que te han traído son los que han matado al pueblo", y pidió a Alá que le ayudara a comprender lo que estaba sucediendo en Argelia, donde un pueblo estaba sufriendo como consecuencia de su amor a Dios y a la vida. Numerosos fieles irrumpieron entonces en llantos.
La resistencia pacífica y la desobediencia civil son las dos armas que está esgrimiendo el FIS para oponerse a la junta cívico-militar, al tiempo que trata de impulsar un frente constitucional con el apoyo del ex partido único Frente de Liberación Nacional (FLN) y del Frente de Fuerzas Socialistas, en un intento de consolidar un Parlamento, paralelo. Las tres fuerzas parlamentarias han venido estableciendo estos últimos días diversos contactos, pero estos diálogos han provocado disensiones internas en los aparatos de los respectivos partidos.
Polémica en el FLN
Para empezar, el Frente de Liberación Nacional ha estallado en dos al enfrentarse un sector del buró político, dominado por el ex ministro Mulud Hamruche, con parte del comité central, que ha desautorizado el acercamiento al Frente Islámico de Salvación. Emerge de esta manera una antigua polémica entre las dos instancias del partido único.
Lo mismo parece haber pasado en el Frente de Fuerzas Socialistas, aunque la dirección del partido no se ha implicado tanto en la operación impulsada por los integristas como lo ha hecho el FLN. Los socialistas han optado por reivindicar una solución alternativa al Parlamento paralelo, consistente en pedir la formación de un Gobierno de unidad popular y una Asamblea constituyente a través de la cual restablecer el proceso democrático del país.
Todas estas disensiones juegan a favor de la junta cívico-militar, que se consolida poco a poco y mantiene su cohesión en torno al Ejército. En los muros de Argel empezaron a aparecer ayer pintadas insultantes contra el general Jaled Nezar, el hombre fuerte de la junta, al que acusan de ser un enemigo del pueblo y del islam. El enfrentamiento abierto entre los integristas y el Ejército parece inevitable. Sólo la serenidad de las Fuerzas Armadas y de los imames de las mezquitas puede impedir lo peor.
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