20 ministros de Cultura firman un convenio sobre patrimonio arqueológico
El ministro español de Cultura, Jordi Solé Tura, es vicepresidente desde ayer de la HI Conferencia de Ministros Responsables de Patrimonio Cultural, que se celebra en Malta. Veinte países firmaron ayer en La Valetta el Convenio Europeo para la Protección del Patrimonio Arqueológico, que contempla la realización de un inventario arqueológico europeo y las medidas para protegerlo, así como de asistencia mutua y de prevención de la circulación ilícita.
El ministro español presentó en Malta una ponencia sobre La arqueología en la ciudad de hoy, en la que puso ejemplos prácticos de contradicciones entre modernización y conservación, como el ocasionado en Córdoba cuando el proyecto de estación para el TAV chocó con el hallazgo de restos arqueológicos."La arqueología en Europa es cada vez más urbana", dice Solé Tura, "y resulta difícil armonizar el interés privado y público. Hay que plantearse qué hacer con los restos arqueológicos. ¿Tienen forzosamente que quedarse donde están, o pueden meterse en un museo? No se trata tanto de recuperar o conservar, sino de convertir los restos en una lección histórica, que nos muestre qué es lo que queda detrás, con sus traspiés y sus catástrofes. Todo esto exige campañas claras en las escuelas. El mensaje de esta conferencia tendría que ser: no es posible la planificación humana sin integrar en ella la arqueología urbana".
Los ministros se reunieron, por la tarde a puerta cerrada, en lo que los observadores suponen una discusión centrada principalmente en asuntos económicos. En cualquier caso, la conferencia elaborará mañana conclusiones sobre patrimonio arqueológico, cooperación con otras regiones del mundo, prioridades de un proyecto paneuropeo de patrimonio cultural, formación de profesionales, sensibilización del público y financiación.
Con el batacazo del Este, Europa ha crecido inopinadamente, y los eurócratas no saben muy bien qué hacer. Los países ex socialistas, desde el punto de vista del patrimonio cultural, atraviesan una situación desastrosa, y, si se les dice que protejan su patrimonio, lloran y piden dinero. La Conferencia Europea de Ministros Responsables del Patrimonio Cultural lo vive en sus propias carnes con la presencia de países como Lituania, Federación Rusa, Bulgaria o Hungría.
Algo superfluo
"La Europa del Este no tiene recursos y considera la preservación del patrimonio cultural como algo superfluo", dice Catherine La lumiére, secretaria del Consejo de Europa, organizador de la conferencia. "Si no hay una gran manifestación de solidaridad europea, corremos el riesgo de perder una parte fundamental de nuestra memoria".
Jordi Solé Tura es claro: "El problema es de dinero; aquí, como en cualquier foro internacional, todos pronunciamos. grandes palabras, pero rascarse el bolsillo es otra cosa. Sin embargo, Europa ha cambiado, afortunadamente, y los problemas son cada vez más de todos, afortunadamente. Hay que concentrar fondos públicos comuni tarios y buscar financiación privada, pero situaciones como la planteada en el Este deben ser afrontadas".
Babelia
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