Gozali siempre resucita dos veces
La presión integrista ha alterado el mapa político argelino hasta el punto de barrer de la escena al presidente de los últimos 13 años, Chadli Benyedid, gran impulsor de la democratización del régimen y del fin del monopolio del FLN. Su ausencia deja al actual primer ministro, Ahmed Gozali, como hombre fuerte de la situación y administrador de un proceso sobre cuyo final se suscitan numerosas incógnitas.
El jefe del Gobierno, Ahmed Gozali, se ha convertido en el nuevo hombre fuerte de Argelia dos semanas después de que se levantara el acta de su defunción política. Gozali deberá continuar dirigiendo el Gobierno hasta que se celebren nuevas elecciones presidenciales. Ésta es su segunda resurrección.De 54 años, natural de Tighnenif, al oeste del país, se disponía a volver a casa tras presidir un Gobierno interino, cuya primera parte ha durado ocho meses y cuyo objetivo ha sido preparar la transición. democrática y poner en marcha la maquinaria electoral. Se había prometido a si mismo una jubilación feliz y un lugar privilegiado en la historia como el jefe de Gobierno que había hecho posible la verdadera instauración de la democracia y el pluripartidismo en Argelia. En el fondo, sabía que se trataba de una retirada estratégica, tras la cual podría permitirse irrumpir de nuevo en la escena política para presentarse como candidato en las presidenciales previstas para finales de 1993.
Pero antes, fue asesinado políticamente- por la. presidencia de la república, en una maniobra destinada a anular la primera vuelta de las elecciones legislativas e impedir el acceso al poder de los integristas. Gozali se vio obligado a hacer una autocrítica pública y a confesar supuestos fallos en la maquinaría electoral que invalidaban los comicios. El resto de la operación debía de llevarlo a término el Consejo Constitucional, anulando oficialmente la primera vuelta de las elecciones o desposeyendo al Frente Islámico de Salvación (FIS) de la mitad de los escaños logrados el 26 de diciembre.
Para Gozali la situación no era nueva.En 1979 había sido ya sacrificado cuando ocupaba la máxima responsabilidad de la empresa de gas y petróleo Sonatrach, a la que había dedicado más de 11 años de su vida. Fue acusado por sus adversarios de haber tramado una operación irregular de venta de gas a EE UU. La investigación se cerró con todos los pronuncia mientos a su favor, pero entre tanto él había sido ya arrinconado y condenado al ostracismo, incluso desposeído de sus cargos en el aparato del FLN. Tardó ocho años en rehabilitarse. En 1988 fue nombrado ministro de Finanzas; un año después, de Exteriores y, a continuación, en junio de 1991, jefe del Gobierno Para sustituir a Mulud Hamrouche.
Afirma con contundencia una de las formas más violentas, insidiosas y abyectas de la vida política es la mentira. En torno a este principio ha construido un discurso apasionado en el que reivindica la verdad corno único vehículo para impulsar la renovación de la sociedad argelina. Para Gozali, el, pluripartidismo contiene más elementos de verdad que el partido único FLN, y la economía de mercado es mas verdadera que la dirigida por el Estado.
Gpzalí es un hombre de síntesis,un defensor de la democracia y un hombre de profundas convicciones religiosas, hasta el punto de que en un momento dado, del día puede interrumpir el diálogo con su interlocutor para buscar un rincón tranquilo del despacho y rezar así sus oraciones.
El primer ministro argelino habla con pasión y respeto del periodo de la revolución bumedianista, cuando se intentaba recuperar el país tras la guerra colonial y extender el progreso. "Nuestro único fallo", asegura, "es no habérselo explicado bien al pueblo".
Benyedid, el coronel de la democracia
., El coronel Chadli Benyedid, de 62 años, acaba dé jubilarse de forma precipitada y anticipada, al dejar el cargo de presidente de la república dos años antes de que expirara su mandato. Su despedida ha sido balbuceante y emotiva, quizá como contra punto a una larga y firme trayectoria política en. favor de la democratización del país y del pluripartiáismo que inició poco después di acceder a la presidencia, en febrero en 1979.
Benyedid fue cooptado presidente de la república en enero de 1979 por el Consejo de la Revolución para llenar el vacío dejado por la muerte prematura y sorprendente de Huari Bumedian, en un momento de euforia en que el país estaba plenamente entregado a la construcción de un socialismo autóctono. La decisión del Consejo fue difícil y polémica. Se le eligió porque significaba una, solución intermedia entre las posiciones excesivamente liberales y pronorteamericanas y las soviéticas y monolíticas.
Por aquella época, la hoja de servicios de Benyedid era clara y limpia. Siempre en el seno del Ejército. Primero como responsable de la Armada de Liberación en la región de Constantina, más tarde en Orán, para pasar en 1978 a Argel donde fue encargado de coordinar los asuntos de Defensa Nacional. Era ajeno a las intrigas y maniobras del complicado aparato del FLN.
Meses después de su nombramiento, el pueblo plebiscitó su nombramiento Con unas elecciones en las que fue único candidato. Renovó su mandato -en 1984 y.1988. Benyedid, que en un, principio se había definido como continuador del socialismo argelino, inició pocos meses después de su nombramiento una serie de cambios importantes. Se iniciaba así el período de los "pequeños pasos hacia delante".
La primera medida fue desactivar el Consejo de la Revolución, restándole atribuciones, hasta arrinconarlo. Medidas similares, adoptó en el campo de la economía y de la reforma agraria. Tímidamente empezó a diseñar un proyecto de economía de mercado, fomentando la inversión -privada y relegando el papel intervencionista del Estado. La reforma afectó asimismo al FLN, al que sometió a un científico proceso de depuración, en un intento de convertirlo en una organización homologable y clásica. Se eliminó del FLN la presencia del Ejército y se desvinculó la dirección del partido de la presidencia.
El proceso democrático se aceleré a partir de, octubre de 1988 tras una revuelta popular provocada por el paro y la crisis económica, en la que empezaron a emerger como fuerza influyente los sectores integristas islámicos. Benyedid respondió a esta revuelta con la reforma de la Constitución, donde de una manera clara se pone fin al sistema de partido único, se abre el país al multipartidismo y se inicia un proceso de democratización diáfano. Para él, el camino hacia la democracia debían recorrerlo conjuntamente todas las fuerzas políticas, incluidas las integristas.
Hoy la historia está a punto de dar la razón a los opositores de Chadli Benyedid, que se ha visto obligado a suicidarse políticamente, para cerrar el paso a las fuerzas integristas. Para un amplio sector de la población, encarna los errores de 27 años de partido único y sobre él se acumulan las acusaciones de burocratización y de corrupción.
Algún día se descubrirá que, en el fondo, no fue más que un coronel que un día decidió democratizar su país.
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