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LOS ALQUILERES DE LA COMUNIDAD

Por menos de 40.000 no se alquila una vivienda, ni siquiera fuera de la capital

Francisco Peregil

Ni en Parla ni en Móstoles se encuentran pisos de alquiler por menos de 40.000 pesetas al mes. Hay propietarios de agencias que llevan 25 años en el negocio y afirman que el mínimo está aún más caro: 50.000 pesetas. Pero la prueba más tajante la aporta el diario de anuncios gratuitos Segundamano, cuyo apartado de pisos hasta 40.000 pesetas desaparecerá en breve. Pero el precio del piso es sólo una más entre las muchas penalidades que han de sufrir los 500 inquilinos que alquilan pisos cada mes a través de anuncios y agencias."SEA EUROPEO. Alquile su piso de particular a particular sin gastos de agencia". Ese anuncio apareció hace dos días en Segundamano. La supuesta europeidad se conseguiría en una empresa que afirma no ser agencia, sino "central de particulares" que pone en contacto a inquilinos y caseros. Lo único objetable es que después de llamar al 523 41 15, el futuro inquilino descubrirá que abonarse a la central le sale por 19.000 pesetas.Otras empresas son más hábiles: "Pisos en todo Madrid a partir de 60.000 pesetas. Sin comisiones. Teléfono 523 34 50". Y el servicio que proporcionan es poner en contacto a inquilinos y arrendatarios. Exactamente igual que la anterior, sólo que esta vez inscribirse en el centro de información cuesta sólo 15.000 pesetas.

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En la misma página se observa otro anuncio recuadrado: "Atención, propietario, alquilamos su piso". Aparece otro teléfono, pero la dirección es la misma: calle de Preciados, 11, 3º B. El negocio es limpio.

El consejero delegado de Segundamano, Carlos Maier, asegura que su diario, que tiene una tirada mensual de 45.000 ejemplares, se mantiene al margen de todos esos movimientos.

Su periódico es escrutado desde las oficinas de las más insignificantes agencias de alquiler hasta las más importantes inmobiliarias. Si él elimina en breve, como asegura que hará, el apartado de pisos "hasta 40.000 pesetas" es porque algo ha cambiado. "Hace pocos meses se anunciaban una docena de viviendas, y ahora apenas lo hacen dos o tres en cada edición", asegura.

Trucos posibles

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Dice que el periódico ha superado todos los trucos posibles para evitar filtraciones. "Durante un tiempo tuvimos problemas, porque el diario se edita un día o dos antes de su publicación, pero lo superamos". Por eso, ahora, cuatro vigilantes jurados cuidan para que nadie acceda siquiera a los ejemplares defectuosos que salen de las rotativas.

Sin embargo, a las cinco de la mañana llamaron el miércoles pasado a la propietaria de un estudio que se alquilaba en la calle de Goya por 70.000 pesetas. Podría haber dos posibilidades: que alguien que trabaja en el periódico tuviera acceso a él o que uno de los repartidores o ruteros lo utilizara en provecho propio. "Por los trabajadores de plantilla pongo la mano en el fuego", dijo el consejero.

Carlos Fernández Martín, propietario de una de las principales agencias de alquiler en Madrid, con 25 años de experiencia, asegura que el precio mínimo está en 50.000 pesetas. "Por eso se puede encontrar algo viejo en Torrejón, pero más barato sería casi milagroso".

En el precio no acaban las exigencias de los caseros. Un funcionario soltero sería el inquilino ideal, a tenor de los anuncios. Pero se puede pedir más: que sea soltero, que esté casado y sin hijos, que sean señoritas, a ser posible hermanas, o que sea enfermera o haga un master. La puerta suele abrirse tras cumplir alguno de esos requisitos y no olvidarse de pagar la fianza. Una vez dentro, las exigencias continúan. A Lourdes García Soto, por ejemplo, no le pidieron fianza cuando entró en un piso de 70 metros cuadrados en Vallecas. Pero ahora ni su casero ni el Ayuntamiento quieren pagar el millón de pesetas que cuesta ponerle el techo a la cocina que se cayó hace un año.

Cómo echar en un año a un inquilino que no paga

Si no utiliza métodos violentos y acata la ley, al casero le llevará un año expulsar a su inquilino. Si además dispone de un abogado que no le cobre caro, el deshaucio por falta de pago sólo le saldrá por unas 150.000 pesetas. Eso, en caso de que el inquilino no conozca bien los procedimientos judiciales.Porque un inquilino bien informado sobre la burocracia judicial puede demorar su expulsión más de medio año. Mecanismo: no darse por enterado de la primera citación del juez (dos meses), no comparecer en la primera citación (dos o tres meses), ni al señalamiento del deshaucio (varias semanas). Hasta ese último momento, el inquilino siempre puede dar marcha atrás y pagar la renta.

Los honorarios del abogado dependen del precio de la deuda, pero si el casero pretende cobrar el dinero, el letrado puede llevarse unas 125.000 pesetas más. Cuando el juez se pronuncie pueden haber transcurrido otros tres años. Al inquilino sólo le podrán retirar cada mes el 25% de su nómina, en caso de que la tenga.

"Una barbaridad"

El presidente de la Asociación de Inquilinos, Enrique Pedreros, cree que son muy pocos los que no pagan. "Cuando se da un caso así es porque hay mucha humedad en el piso o algunas deficiencias que ninguno quiere pagar. Pero, de cualquier forma, echar a alguien por problemas económicos me parece una barbaridad. Es como si echan a un enfermo porque no puede pagar el hospital".

Carlos Fernández, propietario de una de las mayores agencias de alquiler que hay en la Comunidad, reconoce que los que no pagan suponen sólo un 5% de los inquilinos "o quizá menos".

Con nóminas y avales bancarios sólo se presentan a las agencias, según Fernández, un 40% de los inquilinos: "El resto no trae más que la fianza y su palabra".

Fernández cree que sólo un porcentaje mínimo de los caseros que han logrado deshauciar a sus deudores al cabo del año prosiguen las diligencias para cobrar la deuda acumulada en ese tiempo. "No suelen hacerlo porque en muchas ocasiones el inquilino es alguien insolvente".

Historia de un fracaso

La Asociación de Inquilinos se dio a conocer hace dos años con la okupación de varias viviendas y la propagación de algunas ideas originales: "Queremos inculcar en los ciudadanos la cultura de alquiler", decía entonces su presidente, Enrique Pedrero, resaltando bien lo de cultura ante grabadoras de periódico, radio y emisoras de televisión. Pedrero, sus amigos y 15 familias de Vallecas se metían a vivir en casas abandonadas hasta que la policía los desalojaba días después. Ni el Instituto de la Vivienda (Ivima) les dio casa, ni el Ayuntamiento tampoco.Ahora disponen de. 700 afiliados, pero, según su presidente, sólo se movilizan unas 30 personas. Lo último que hicieron fue la okupación simbólica del Museo Reina Sofía, y lo próximo será ante la Casa de la Villa, con disfraces de Álvarez del Manzano y Felipe González como trileros. Por ahí van los tiros ahora: poca gente y actuaciones simbólicas.

"Pero para el verano del 92, cuando esté en su máximo auge lo de la capitalidad cultural, organizaremos una okupación masiva de un edificio importante. Necesitaríamos la infraestructura de instituciones fuertes, como sindicatos y partidos, para hacer algo de más envergadura", dice Pedrero.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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