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Fujimori viaja a Ecuador para resolver el contencioso territorial

El presidente de Perú, Alberto Fujimori, inicia hoy en Quito la primera visita oficial de un mandatario peruano a Ecuador. Tema central de la histórica visita será el secular conflicto de límites entre los dos países vecinos, que provocó una guerra hace 50 años, escaramuzas armadas en 1981 e incidentes, fronterizos el pasado mes de julio.

Ecuador espera con enorme interés la visita del presidente de Perú. La inmensa mayoría de los ecuatorianos, un 90% según una encuesta, desea una solución definitiva del conflicto fronterizo. Al mismo tiempo, no faltan estos días en Quito las voces de los que advierten al Gobierno del presidente socialdemócrata, Rodrigo Borja, contra cualquier renuncia a los postulados tradicionales, e incluso recomiendan que el país se prepare para una eventual guerra contra Perú.A la hora de explicar el conflicto fronterizo, un folleto del Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador se remonta hasta la Real Cédula de 1563 del rey de España para apoyar los derechos del país a unos territorios amazónicos ricos en petróleo que hoy pertenecen a Perú. La reivindicación se extiende hasta la ciudad de Iquitos.

Un protocolo controvertido

Pero el episodio más reciente de esta complicada polémica es el protocolo de Río de Janeiro de 1942, que cumplirá precisamente 50 años el próximo 29 de enero. El famoso documento fijó la frontera entre Perú y Ecuador, y puso fin así a la guerra entre los dos países. Ecuador lo aceptó en su día, pero en 1960 el presidente populista José María Velasco Ibarra lo calificó de nulo. El poder legislativo y el judicial en Quito apoyaron entonces la posición de Velasco. El predecesor de Borja, el derechista León Febres Cordero, definió el problema como "una herida abierta" para su país.

El argumento de Ecuador en los últimos tres decenios fue que el protocolo se firmó bajo la presión de la presencia en el país de las tropas peruanas. Quito considera, por tanto, qué el texto debe revisarse. Pero Lima, por su parte, considera este protocolo como definitivo e intocable, y niega que exista un conflicto fronterizo entre los dos países. La frontera fijada por el protocolo de Río ha sido una fuente permanente de incidentes.

El pasado 30 de septiembre, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente ecuatoriano Borja, tras unos nuevos incidentes fronterizos, invitó a Perú a "solucionar pacíficamente el largo problema y la larga controversia territorial por medio del arbitraje del papa Juan Pablo II". El Vaticano ya ejerció su mediación para resolver la controversia entre Argentina y Chile sobre el canal del Beagle. La propuesta de Borja levantó una fuerte polémica en Lima, donde se considera el tema como cerrado.

En la cumbre de presidentes de Cartagena de Indias (Colombia), Fujimori habló por primera vez de "conflicto" y, en vísperas de Navidad, se produjo el anuncio sorpresa de su visita a Quito.

Para la diplomacia ecuatoriana, constituye ya un éxito el hecho de que el Gobierno peruano haya aceptado tratar el problema, reconociendo así su existencia. Advierte, sin embargo, el canciller ecuatoriano, Diego Cordovez, contra un excesivo optimismo respecto a la visita, aunque también destaca que "se han iniciado las negociaciones para llegar a un arreglo definitivo".

El presidente Borja, por su parte, no escatimó elogios a su huésped, el miércoles en Quito, y reconoció "la valentía del presidente Fujimori al aceptar mi invitación y convertirse en el primer presidente de Perú en venir a nuestro país".

Turistas sin cámara

Turistas peruanos que llegaron las pasadas Navidades a las islas Galápagos experimentaron en propia carne las consecuencias de la tensión por el conflicto fronterizo con Ecuador. Las autoridades militares del aeropuerto de la isla de Baltra los trataron como si fuesen espías: les requisaron las cámaras fotográficas y les retiraron los pasaportes durante sus días de estancia en uno de los últimos paraísos del planeta.Los turistas peruanos, tras las vacaciones en Galápagos, no ocultaban su indignación por regresar a su país sin las fotos tradicionales al lado de las tortugas, iguanas y lobos marinos. Una farmacéutica de Lima de unos 40 años, que no quiso dar su nombre hasta llegar a Perú, donde pensaba denunciar el caso, dijo que la trataron como a un enemigo. "Es increíble que en un lugar que se dice parque nacional de la humanidad haya tal reacción de inhumanidad", añade. El teniente de aviación al mando del aeropuerto explicó "hay disposiciones superiores", y se negó a dar más explicaciones. "Para cualquier información diríjase al comando de la segunda zona aérea en Guayaquil", concluyó.

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