Terminología
En varias oportunidades me he tomado la libertad de dirigirme a esta sección para expresar mi desconcierto por el vocabulario y los conceptos que suelen utilizarse en EL PAÍS al abordar cuestione! étnicas.Me siento compelido a hacerlo una vez más, porque desde hace varios días me toca leer notas e inclusive títulos muy sobresalientes en los cuales se hace referencia a "el negro disecado" de Banyoles, provincia de Gerona. Es alarmante comprobar que esta terminología se repite y que es inútil ilusionarse conjeturando que en la próxima edición se corregirá tamaño dislate.
Yo, a veces, me pregunto si soy el único lector del diario, y hasta se me ocurre pensar que tal vez usted, su director, no lo lea en su integridad, pues me parece imposible que enormidades como ésta sigan publicándose impunemente.
Por si fuera necesario me permito hacerle presente que es inexacto y grosero referirse a un difunto bechuano con el mote de "un negro". "Un negro", señor director, es una expresión vacía o malévola. Si fuéramos a creer en la demencial clasificación antañona de las supuestas razas humanas que se estilaba todavía a principios del siglo XX, podría hablarse también del "blanco embalsamado", del "amarillo momificado", del "cobrizo en salmuera" y del "aceitunado en formol". Si estas cuatro últimas denominaciones parecen ridículas, la del "negro disecado" no lo es menos. Se trata de una necedad que ni siquiera puede atribuirse a racismo, aunque lo parezca, sino tan solo a una ignorancia abismal que no puede concebirse en diario alguno, pero mucho menos aún en EL PAÍS, que goza por otros conceptos de prestigio internacional.-
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