Barceló cuestiona su participación en una muestra del pabellón de España en la Expo
El pintor realiza un homenaje a san Juan de la Cruz junto a Broto y Sicilia en Sevilla
Fascinado por el mundo taurino y contrario a la "protección oficial" del arte, el pintor Miquel Barceló dijo ayer en Sevilla no compartir el entusiasmo general que han despertado los acontecimientos de 1992. "Desconfío de las exposiciones de grupo, son confusas. Además, no me gusta mucho la idea de la celebración en sí", dijo el pintor refiriéndose a su participación en una de las muestras que está organizando el pabellón de España y a la propia Expo 92. Barceló asistió anoche a la inauguración de una exposición homenaje a san Juan de la Cruz que ha organizado la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y en la que también participan los pintores José Manuel Broto y José María Sicilia.
Al aire de su vuelo es un proyecto en el que tres de los mejores pintores jóvenes españoles ofrecen su visión particular de la vida y la obra del poeta místico san Juan de la Cruz. Miquel Barceló (Felanitx, Mallorca, 11957), José Manuel Broto (Zaragoza, 1949) y José María Sicilia (Madrid, 1954), han concebido sus obras especialmente para el espacio que las acoge. La muestra permanecerá en el Pabellón Mudéjar de Sevilla hasta el 15 de enero.El nombre de Miquel Barceló figura junto al de otros 46 artistas en la lista que ha presentado el pabellón de España para su exposición Pasajes, aunque el artista todavía "no tiene clara" su participación en el proyecto a pesar de que un portavoz del pabellón español aseguró ayer su presencia.
Experiencia negativa
"Me han propuesto también que colabore con el pabellón de Francia, pero antes de decidirme quiero ver los sitios en los que se expondrán las obras. Todo es muy confuso y mi experiencia en este tipo de muestras es negativa", señaló Barceló.
El artista, uno de los pintores españoles con más repercusión internacional, asegura tras haber pasado pintando los últimos 20 años: "Mis cuadros empiezan a adecuarse a mis ideas y ambiciones. Ahora sé vagamente lo que quiero hacer y no es sencillo".
Sin embargo, el pintor parece encantado con el resultado de Al aire de su vuelo, título de la exposición que se inauguró ayer en Sevilla y que ha organizado la Junta de Andalucía para conmemorar el cuarto centenario de la muerte de san Juan de la Cruz.
"Cuando José Miguel Ullán, comisario de la muestra, me propuso participar, la idea me pareció buena porque somos tres artistas completamente distintos", añade el pintor, a quien su fascinación por los toros le ha llevado a incluir en su vocabulario una amplia gama de términos taurinos. Llama a uno de sus galeristas "mi apoderado".
Para José María Sicilia, la lectura de Cántico espiritual supone una experiencia "muy fuerte". "Sus poemas están aún vigentes y continúan inspirando una determinada visión del hombre, el amor y el deseo", comentó anoche el pintor, quien ha declarado que no venderá los cuadros que componen la muestra porque les tiene "un especial cariño".
Una de las series que Sicilia presenta en esta muestra, la titulada 2 AV-XX, refleja en una veintena de cuadros la trayectoria de una piedra lanzada al agua. "Estos lienzos recogen el temblor del agua", precisa el artista.
José Manuel Broto ha proyectado su idea del místico a través de una docena de enormes lienzos realizados teniendo en cuenta las dimensiones de la sala en la que iban a ser colocados. "He vuelto a los poemas de san Juan y creo que tienen cierta relación con mi trabajo, ya que el místico entrelaza una realidad caótica con otra ordenada y este elemento me ha acompañado siempre en mis obras", dijo Broto.
Las 23 nuevas obras que Barceló presenta en la muestra se dividen, según el artista, en dos bloques. El primero, en el que se incluyen cuadros como Issa-Beri o Contracorrent, está repleto de arcas de Noé llenas de cabras y de gente en el que se reflejan experiencias personales de Miquel Barceló en Mali (África), donde ha pintado la mayoría de los lienzos que componen la muestra. El artista pasó más de un mes viviendo y trabajando en una canoa navegando el río Níger.
El segundo bloque lo componen "las grandes digestiones" en las que, como en obras anteriores, Barceló acude a la metáfora culinaria. "Mis mesas digestivas pueden ser también grandes estómagos en los que se perciben movimientos peristáticos. Son como una sopa primigenia, un mundo en formación", explica el pintor, quien añade que el éxito no se le ha subido a la cabeza porque ha vivido más años "de pobre que de rico".
"No me parece bien que el arte viva a la sombra de la Administración. Cuanto más independiente sea más calidad tendrá", sentenció Barceló.
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