EE UU y los árabes mantienen el 4 de diciembre para reanudar el diálogo con Israel
Con o sin Israel, el proceso de paz para Oriente Próximo se reanudará en Washington el próximo miércoles 4 de diciembre. Así lo hizo saber el Gobierno norteamericano mientras Isaac Shamir, primer ministro israelí, trataba de atenuar el tono de su inicial oposición a continuar en la capital norteamericana aquello que Israel se comprometió a acometer hace un mes en Madrid. La actual prioridad de Shamir es, aparentemenle, salvar la cara.
Washington ha rebatido vigorosamente la pretensión israelí de retrasar las conversaciones hasta el 9 de diciembre, y al Gobierno de Shamir no le queda más que aceptar los términos del plan Baker.Siria, los palestinos y Líbano aceptaron formalmente ayer la invitación, norteamericana, y Estados Unidos se encargó de subrayar su determinación de llevar el proceso adelante.
Margaret Tutwiler, la portavoz del Departamento de Estado, declaró ayer: "Queremos que las negociaciones se realicen lo antes posible. ¿Dónde iríamos a parar si tomamos el camino de las demoras?".
Desde el punto de vista norteamericano no queda espacio alguno para maniobras, favorables a Israel. El argumento oficial es que no se pueden cambiar ni las fechas ni la agenda de las conversaciones por la sencilla razón de que la invitación ya ha sido aceptada por los árabes.
La cuestión es ahora encarrilar a los viejos enemigos de Oriente Próximo en conversaciones sustantivas y de fondo, y no transformar el encuentro de Washignton en un mero foro para discutir dónde y cuándo tendrán lugar las conversaciones futuras.
Prudentemente, Washington se abstuvo ayer de insistir en la fecha del inicio de la segunda fase. Claramente quiere que el asunto sea resuelto por consenso, y la aceptación palestina y siria dan la impresión de que los árabes quieren evitar que Israel se salga con la suya. Hanán Ashraui, la portavoz de la delegación palestina, denunció ayer las objeciones israelíes como una nueva demostración de mala fe y falta de voluntad política para continuar el proceso de Madrid.
En Israel, la postura de Shamir fue interpretada esencialmente como un gesto de comprensible exasperación ante lo que el Gobierno judío considera un dictado de Washington. "No se trata exclusivamente de un afán de postergación", escribió ayer el comentarista del diario Yédioth Ahronoth Nahum Barnea. "Shamir está usando su táctica. Y la táctica es cansar a los norteamericanos".
'Tas armas son prácticas molestas de procedimiento, de detalles. Se supone que, en esta guerra de nervios serán los norteamericanos los que se cansen primero", agregó.
Un aspecto que la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) espera resolver en las próximas horas para no quedar visiblemente ausente de la segunda fase de las negociaciones -la más crucial del proceso, porque de ella deben salir, en principio, acuerdos sobre concesiones territoriales y el futuro político de los palestinos de los territorios ocupados- tiene que ver con el acceso de la OLP a Estados Unidos. Formalmente, el diálogo entre Washington y la OLP de Yasir Arafat que ' dó suspendido el año pasado cuando la organización se negó a condenar un ataque guerrillero en una playa cercana a Tel Aviv.
Asesores "en la sombra"
En medios palestinos se decía ayer que la OLP quiere mandar asesores "en la sombra" y que entre ellos estaría Nabil Shaat, uno de los principales asesores de Arafat, que además preside el comité de política exterior del Parlamento palestino en el exilio. Shaat estuvo en Madrid con ocasión de la apertura de la Conferencia de Paz, pero no mantuvo contactos públicos con ninguno de los miembros de la delegación presidida por Jaidar Abdul Shafi.
[La tercera fase de la Conferencia de Paz sobre Oriente Próximo podría celebrarse en Moscú, según dijo ayer el portavoz del Ministerio soviético de Asuntos Exteriores, Vitali Churkin, informa Efe. La tercera fase estaría destinada a las negociaciones multilaterales sobre seguridad y desarme].
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