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Entrevista:

"Los requisitos para el referéndum del Sáhara son impracticables"

El análisis de los discursos reales es un ejercicio complicado, duro y en ocasiones desesperanzador, pero absolutamente necesario para todos aquellos marroquíes que se han comprometido con el proceso de apertura pacífica de su sociedad y que pugnan por convertir a Marruecos en una monarquía constitucional absolutamente homologable. La tarea es complicada, entre otras razones porque este proceso democratizador de Marruecos debe conjugarse perfectamente con la asunción del problema saharaui, un tema que decide y dirige de una manera muy personal el soberano alauí. Todas estas circunstancias convierten a la cuestión del Sáhara en un tema delicado, capaz de desencadenar las más duras controversias, como aquellas en las que se vieron sumidos el propio Elyazghi y la cúpula dirigente de la USFP cuando, hace exactamente 10 años, se atrevieron a disentir de la gestión real y fueron confinados durante varios meses a 400 kilómetros de su residencia habitual.Hoy Elyazghi vuelve a disentir sobre la política oficial del Sáhara y señala que "los requisitos establecidos por la ONU para el referéndum del Sáhara son impracticables". Pero el dirigente socialista pronuncia la frase con una cierta tranquilidad, porque las cosas en su país, aunque de una manera paulatina, están cambiando. Y ahora es muy dificil que alguien pueda ser condenado por no acatar las verdades oficiales. Esto es al menos lo que cree Elyazghi después de haber escuchado el discurso que pronunció Hassan II el pasado 11 de octubre con ocasión de la apertura del Parlamento.

Signos de cambio

Pregunta. En el discurso que pronunció el rey Hassan II, tras el viaje de dos semanas a Estados Unidos, con ocasión de la apertura del Parlamento, noté un tono nuevo, un aire de nueva frontera, sobre todo cuando habló de la necesidad de acabar con la "política de la tristeza".Respuesta. Es cierto, pero en su discurso hubo además otras cosas que me sorprendieron, como por ejemplo sus referencias amplias a la democracia, a las libertades y a los derechos humanos. Pero hay por encima de todas las cosas una frase que me impactó: "Nadie, ni el de más arriba ni el de más abajo, ostenta la verdad absoluta". Era la primera vez que el rey pronunciaba una cosa así. Fue una frase importante.

P. En el mismo discurso hubo una alusión personal a Abderrahim Buabid, secretario general de su partido, interesándose por su delicado estado de salud. Me extrañó este interés paternalista por el político, sobre todo teniendo en cuenta que hace 10 años el mismo monarca lo mandó encarcelar, junto con otros dirigentes socialistas entre los que se encontraba usted.

R. No debe extrañarle este tipo de referencias. Entre la corona y Buabid hay y ha habido relaciones contactos personales.

El es un veterano del Ejército de Liberación Nacional, que conoció y se relacionó con Mohamed V y con toda la familia real. Pero ello no impidió que en 1981 fuera condenado y confinado conmigo a Misura, a 400 kilómetros de Rabat, por discrepar con la posición oficial sobre el conflicto del Sáhara. A pesar de todo ello, entre Buabid y la corona continúa existiendo una relación personal. Pero hay que ir más allá de la anécdota. Esta referencia personal del rey hacia el máximo dirigente del partido socialista al abrir el discurso es quizá una manera de intentar entablar un diálogo con la oposición.

P. ¿Usted y su partido continúan discrepando de la política oficial sobre el Sáhara?

R. Creo, como Buabid, que los requisitos establecidos por la ONU para el referéndum del Sáhara son impracticables y que el Gobierno no los podrá acatar. El tiempo se está cuidando en confirmarlo. Una cosa es lo que se planeó sobre el papel y otra su puesta en práctica. Por ejemplo, la Administración del Sáhara Occidental no está a cargo de la ONU, como se acordó en un principio.

Pero hay además una serie de cuestiones pendientes de resolverse y que están provocando que el proceso refrendario se encuentre bloqueado. Entre estas cuestiones está la del desarme del Frente Polisario y el lugar donde debe llevarse a término. Nosotros creemos que el Ejército del Polisario se encuentra actualmente en suelo argelino y que debe ser acantonado y desarmado allí. Ellos insisten en que debe efectuarse en la tierra de nadie, lo que denominan zonas liberadas, pero Marruecos esto no puede aceptarlo. Hay otras cuestiones pendientes, como la de las listas electorales y los criterios para establecer quién tiene derecho a votar o quiénes deben quedar excluidos. Son problemas que un día u otro deberán resolverse y sobre los que Pérez de Cuéllar y la ONU tienen que tomar una decisión si no quieren que el problema se eternice.

Negociar con el Polisario

P. Como alternativa al referéndum se ha rumoreado en ocasiones que la solución al conflicto podría encontrarse a través de una negociación directa entre Marruecos y el Polisario. ¿Es ello posible?R. Una negociación directa con el Polisario es siempre posible. Pero hay dos cosas que lo impiden: Argelia y las Naciones Unidas. Las relaciones de los separatistas con Argelia y la presencia de la ONU en el territorio imposibilitan un diálogo entre las dos partes. Si el movimiento separatista se desvincula del extranjero tendrá lugar dentro de nuestro marco político.

P.¿Cuál es el futuro del nacionalismo saharaui dentro de Marruecos?

R. Yo creo que usted tiene una visión equivocada. El Sáhara no es lo mismo que Cataluña o que el País Vasco. En el Sáhara Occidental no hay una lengua, lo que hay es un dialecto, como otros muchos que existen en nuestro país. Hemos sido fraccionados por el colonialismo pero hay que buscar la unidad dentro de nuestras peculiaridades.

Hablar de nacionalismos en Marruecos considero que es demasiado fuerte. La USFP ha estado siempre por la descentralización. Pero una cosa es cierta: no se puede arreglar nuestro país con la presencia extranjera.

P. Pero al margen del Sáhara hay otros problemas importantes, como el de la reforma de la Constitución.

R. Hace años que reclamamamos la reforma de la Constitución. Es cierto que en el discurso de apertura del Parlamento el rey no hizo ninguna referencia a esta petición, pero tampoco cerró las puertas. Habló de democratización y de derechos humanos y esto es lo más importante. Creo que hay posibilidades e indicios de un cambio.

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