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El Gobierno no bloqueará la cumbre de Maastricht aunque fracase su propuesta de cohesión social

PILAR MARCOS, El fracaso de la propuesta española sobre cohesión económica y social no supondrá en ningún caso el rechazo de España a los procesos de unión política y unión económica y monetaria que se decidirán en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno europeos en Maastricht (Holanda) el 9 y 10 de diciembre próximos. La ministra portavoz, Rosa Conde, dejó ayer claro que ésta es la principal preocupación del Gobierno de cara a la cumbre, pero que tal preocupación no empañará el "espíritu constructivo" que España mantiene en la Comunidad Europea.

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El Consejo de Ministros dedicó ayer una sesión casi monográfica a analizar la marcha de los procesos de unión política y de unión económica y monetaria que se discutirá en la localidad holandesa de Maastricht. La cumbre del 10 de diciembre será decisiva para la construcción europea, pues en ella se discutirán los proyectos de tratado de unión política y de unión económica y monetaria.El análisis del Consejo de Ministros se produjo tres días después de que la propuesta española sobre cohesión económica y social perdiera todos los apoyos. El Gobierno español ha calificado de forma reiterada tal propuesta de "esencial para la construcción europea". Ahora, tras el cónclave que los ministros de Asuntos Exteriores mantuvieron a principios de semana, puede quedar sólo como una declaración solemne, pero sin ningún poder vinculante.

La renuncia del Ejecutivo español a cualquier bloqueo a la construcción europea se justifica, según la ministra portavoz, en la creencia del Gobierno de que "la defensa de los intereses de nuestro país es mayor y mejor dentro del discurso comunitario que fuera de él".

La pregunta de por qué España se ha quedado sola en su propuesta de cohesión se explica, según Conde, porque "nuestra situación económica es distinta". Esto significa que aunque España es uno de los países menos ricos de la CE se convertirá pronto en uno de sus contribuyentes netos.

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Para zanjar este problema, el Gobierno español propuso que las contribuciones al presupuesto comunitario tuvieran en cuenta la riqueza relativa de cada país. Es decir, pidió la introducción del principio de progresividad o de prosperidad relativa. La arrinconada propuesta española pedía además la creación de un fondo interestatal europeo que funcionara aproximadamente como aquí el de Compensación Interterritorial.

Con este telón de fondo, la sesión monográfica del Consejo tropezó con el escollo de la cohesión económica y social. La conclusión fue que "se ha avanzado enormemente", tanto en la unión política como en la unión económica, pero quedan "algunos aspectos, y los más difíciles son los que tienen que ver con la cohesión".

Esta, según Rosa Conde, fue la conclusión de todos los miembros del Ejecutivo que expusieron la marcha de las dos conferencias intergubernamentales.

Felipe González, primero en intervenir, destacó "el espíritu constructivo" de los planteamientos españoles, pero hizo "una especial mención" al problema de la cohesión económica. También Francisco Femández Ordóñez -segundo en tomar la palabra- destacó la relevancia de este escollo.

El secretario de Estado para las Comunidades Europeas, Carlos Westendorp, asistió al consejo de ministros para resumir el cónclave del lunes y el martes (al que acudió en lugar de Fernández Ordóñez) para llegar a la misma conclusión. Se ha avanzado mucho -resumió Rosa Conde- pero quedan tres grandes aréas pendientes, y las tres han sido y son caballo de batalla para el Gobierno español. Se trata de la cohesión económica y social, la política exterior y de seguridad y los acuerdos en Justicia e Interior.

La presidencia holandesa -relató Westendorp a los miembros del Gobierno y la ministra portavoz a los periodistas- elaborará un nuevo documento global que se discutirá en el cónclave de ministros de Asuntos Exteriores del próximo 2 de diciembre. Ese documento intentará aglutinar las principales exigencias que los Doce trasladan estos días al primer ministro holandés, Ruud Lubbers, en la gira previa a la cumbre.

En este sentido, Rosa Conde expresó su confianza en que su escala en Madrid -el día 20- impulse la negociación "en los puntos en los que aún hay que trabajar intensamente".

Tras Westendorp, el ministro de Economía, Carlos Solchaga, habló sobre la marcha de la unión económica y monetaria. Solchaga, como sus compañeros de Gabinete, no olvidó recordar que "se ha avanzado mucho" y reiterar que la cohesión económica y social es uno de los temas que encuentra "más dificultades".

Esta muestra de preocupación unánime se traducirá, según Conde, en que España "seguirá trabajando" para llegar hasta donde podamos". La filosofía de ese "trabajo" consiste en no olvidar que "la prioridad del Gobierno es llegar a un acuerdo en Maastricht e intentar que éste sea el mejor de los posibles".

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