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El precio del pan en Móscu se multiplica por seis

El precio de algunas modalidades de pan se multiplicó ayer, sin previo aviso, en Moscú por seis, y en algunos casos hasta por nueve, lo que vino a confirmar que las subidas que han experimentado los alimentos en las últimas dos semanas son poca cosa si se compara con lo que se avecina. Cálculos oficiales consideran que el poder adquisitivo de los salarios va a situarse en los próximos meses a niveles similares o inferiores a los de los años de posguerra.

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Diversos tipos de pan han pasado de costar de 60 y 70 kópeks (céntimos de rublo) a 3,60 y 5,52 rublos. Esta subida se ha producido en las mismas tiendas del Estado que siguen vendiendo pan subvencionado a 60 kópeks. Las autoridades prevén que el que tenga prisa y dinero podrá comprar el pan caro y los que no tengan otra cosa que hacer, como los jubilados, guardarán la colas pertinentes ante la panadería para lograr el barato. Los cupones de racionamiento para adquirir este último ya se están preparando para que puedan ser utilizados el 1 de diciembre.El pan es parte fundamental de la dieta de los soviéticos, que lo consumen en cantidades que llegan al medio kilo diario en algunas zonas, compensando así la carencia de otros alimentos. El alcalde de Moscú, el liberal Gavril Popov, asegura que el consumo medio en la capital es de 200 gramos diarios, aunque ha aumentando desde que el presidente ruso, Borís Yeltsin, anunció, el 28 de octubre pasado, que iba a liberalizar los precios. Ese anuncio fue el auténtico pistoletazo de salida de subidas generalizadas tanto en los mercados libres como en las tiendas públicas.

Que algunos tipos de pan mantengan de momento el precio no significa que en un futuro próximo no vayan a subir también, aunque sea menos. El máximo responsable de la reforma económica rusa, Yegor Gaidar, ha matizado ese extremo. Y, oficialmente, se calcula que el pan barato se pondrá a dos rublos el kilo. El salario medio, según un estudio que difundió Interfax, se situará, cuando los precios den el tirón, en tomo a los 700 rublos, que son unas 1.000 pesetas al cambio negro y unas 2.000 al oficial para turistas. Con ese salario medio se podrá comprar dos veces menos pan que en 1950 con el salario medio de entonces; 3,3 veces menos leche; 3,6 veces menos mantequilla; 3,7 veces menos carne, y 1,5 veces menos harina.

Estos datos pavorosos pueden tener una lectura menos negativa si se tiene en cuenta que un buen número de ciudadanos recibe, además del salario, dinero por su participación en el mercado paralelo, que algunos cálculos, consideran que alcanza un tercio del total de la producción del país. Pero también pueden tener una lectura negativa si se considera que muchos ancianos e impedidos cobran pensiones de 200 o 250 rublos. La línea por debajo de la cual las propias autoridades consideran que se sitúa la pobreza es de 500 rubios, en Moscú.

Este año, cuando aún no se ha producido la gran subida de precios, la inflación se ha situado en el 21% o 3% semanal, y la previsión es alcanzar el 200% a final de año.

Por otra parte, el presidente de la Comisión de Control del Sóviet Supremo de la URSS anuncié el martes ante la Cámara que habían sido descubiertas dos cuentas secretas del Ministerio de Hacienda con unos depósitos totales de 51.900 millones de rubios a uno de enero de este año y 45.500 millones en la actualidad. De la magnitud de la cifra da idea el hecho de que toda la deuda exterior soviética se sitúa en tomo a los 48.000 millones de rublos, que son al cambio oficial unos 80.000 millones de dólares (más de ocho billones de pesetas). Aunque las dos cifras son casi iguales, los rublos de deuda son del tipo convertible y los hallados en los depósitos secretos son de uso interior, lo que marca la gran diferencia. Las autoridades del Ministerio dijeron inicialmente que se trataba de dinero de devoluciones o de los presupuestos no agotados de años anteriores, explicaciones ambas que fueron rechazadas por la Comisión de Control.

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