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Un forense canario señala que el cadáver de Robert Maxwell mostraba restos de alcohol

El magnate británico Robert Maxwell pudo precipitarse al agua, entre otros supuestos, debido a los efectos del alcohol, según el testimonio de un forense a la agencia Efe. Este médico señaló que el cadáver de Maxwell despedía olor a alcohol. Por otra parte, el Instituto Anatómico Forense de Las Palmas, donde se le practicó la autopsia al editor, mantiene una línea de investigación que podría estar inspirada en la hipótesis de que el empresario de prensa murió del susto o por una parada cardiorrespiratoria, cuatro horas después de caer el mar en Canarias durante la madrugada del pasado martes.

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Los miembros del Instituto Anatómico Forense de Las Palmas celebraron ayer una reunión plenaria para concretar las pruebas que se realizarán. Las causas exactas del fallecimiento no se conocerán antes de un mes.De confirmar el dictamen definitivo del Instituto Nacional de Toxicología de Madrid la hipótesis de una muerte por sobre esfuerzo físico en el agua, en un intento desesperado del magnate para no ahogarse, la familia Maxwell podría cobrar los 4.000 millones de pesetas de la póliza de seguros.

Fuentes judiciales que cita Efe señalaron que la hipótesis de que el multimillonario murió por una parada cardiaca motivada por su lucha contra el mar está avalada por el hecho de que en su vientre había poca agua salada. Este planteamiento contrasta con las declaraciones a la prensa del titular del Juzgado número 4 de Telde (Gran Canaria), Luis Gutiérrez Sanjuán, que afirmó el miércoles, tras conocer los resultados provisionales de la necropsia, que "todo apunta a que Maxwell murió por causa natural antes de caer al agua".

Críticas británicas

Los forenses británicos ha criticaron duramente a los médicos legales españoles al entender que habían aventurado conclusiones provisionales comprometedoras con datos "insuficientes". Estas reservas han motivado que los forenses de Las Palmas hayan decidido solicitar a Madrid "todas las pericias que sean necesarias para que no quede un resquicio de duda", indicó ayer Luisa García Cohen, la forense de Las Palma que hizo la autopsia al magnate.Las pruebas histopatológicas y quimicotoxicológicas, que se realizarán en Madrid, permitirán saber con precisión si el industrial murió antes o después de caer al agua, declaró ayer José María Abenza, director del Instituto Anatómico Forense de Madrid.

La doctora García Cohen manifestó que no es previsible que el informe final esté antes de un mes. Ello significaría que la tripulación y el yate Lady Ghislaine propiedad del fallecido, tendrían que permanecer en el puerto de Santa Cruz de Tenerife, si la juez de Granadilla, Isabel Oliva, que lleva el caso, mantiene en firme una providencia que impide al yate y a la tripulación salir de Canarias. La consignataria del barco, Hamilton y Cia, informó ayer que ni la juez ni el armador del Yate, la compañía VIP, ha autorizado de momento la salida de la embarcación.

El abogado de la familia Maxwell en Canarias, Julio Hernández Claveríe, y el fiscal jefe del Tribunal Superior de Canarias, Juan Guerra Manrique de Lara, coincidían ayer en sus dudas sobre el hecho de que ninguno de los 11 tripulantes del yate observaran nada anormal durante el tiempo en que Robert Maxwell paseó por cubierta antes de caer al agua. Tampoco se explica que su cuerpo haya llegado al mar limpiamente, sin ningun rasguño, si es cierto que se precipitó por una baranda de la popa tras perder el conocimiento, indicó Hernández Claveríe.

Según informó un forense de Las Palmas a la agencia Efe, Robert Maxwell pudo perder el equilibrio en la primera cubierta por un golpe de mar, por una indisposición o porque estuviera bajo los efectos de la bebida, ya que su cadáver despedía olor a alcohol. Dos agentes de la Guardia Civil investigan todos los pasos dados por el fallecido durante el tiempo que permaneció en Tenerife. De otra parte, el abogado de Maxwell, Samuel Pisar, pudo ser la última persona que habló con el magnate desde Nueva York en la madrugada del martes. El letrado indicó que no apreció nada extraño en el comportamiento del editor. La representación diplomática de Reino Unido en Canarias y las autoridades judiciales locales no tenían ayer conocimiento de que Scotland Yard hubiera solicitado autorización al Gobierno español para realizar una investigación.

Los jueces de canarias que instruyeron las diligencias sobre la muerte afirmaron ayer que los familiares de Robert Maxwell en ningún momento les comunicaron sus sospechas sobre la posibilidad de un crimen, informa Efe. El juez Luis Gutiérrez Sanjuán incluso llegó a preguntarles si el magnate tenía enemigos. Los familiares dijeron que sí pero quitaron importancia a este hecho y descartaron totalmente la posiblidad de un crimen.

[La empresa editora japonesa Fukutake Publishing anunció ayer que ha llegado a un acuerdo con la empresa Berlitz International para adquirir el control de dicha empresa por 25.000 millones de pesetas. Berlitz está en manos de Macmillan (un 55,6%), empresa subsidiaria de Maxwell Communication, informa The New York Times].

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