Un médico británico inicia una investigación sobre la muerte del editor

lain West, el médico forense más prestigioso del Reino Unido, ha iniciado su propia investigación en torno a la muerte de Robert Maxwell, paralela a la que prosigue oficialmente en España. West ha sido contratado por las compañías aseguradoras, con el visto bueno de la familia de Maxwell y del Ministerio de Interior británico, para discernir si el fallecimiento del magnate fue debido a un fallo cardiaco, a un accidente o, como sospecha ahora la viuda, a un asesinato.

El médico británico, uno de los directores del Guy,s Hospital de Londres, viajó el sábado a Jerusalén para examinar el cadáver antes de que fuera enterrado. Tras el reconocimiento se llevó de vuelta a Londres varias muestras de los tejidos del cuerpo, para rastrear posibles vestigios de veneno. Su primera misión es comprobar si son verosímiles las dos nuevas hipótesis referentes a un asesinato: que alguien abordó el yate y dio muerte a Maxwell antes de arrojarlo al mar, y que alguien intoxicó mortalmente al magnate en las horas previas a su desaparición. Iain West declaró ayer que estaba analizando las muestras tomadas del cuerpo y que los resultados tardarían varios días.

Las compañías de seguros confían, previsiblemente, en que se dictamine de forma concluyente que las causas del fallecimiento fueron naturales. En ese caso, se ahorrarían los 20 millones de libras (unos 4.000 millones de pesetas) que tendrían que pagar en caso de accidente o asesinato. La elevada prima del seguro fue negociada hace varios años por el Mirror Group Newspapers (MGN) a favor de su presidente, Robert Maxwell, con un numeroso grupo de aseguradoras. Como suele suceder en asuntos de tal volumen, se creó un pool de empresas para respaldar el seguro y diversificar el riesgo. Un portavoz de MGN afirmó ayer que, en caso de que el importe del seguro tuviera que ser desembolsado, ninguna aseguradora se vería en apuros.