Debate en Sevilla sobre los derechos y deberes del ciudadano europeo

La Comisión de Asuntos Institucionales del Parlemento Europeo analiza en Sevilla, desde ayer y hasta mañana, una propuesta de resolución sobre la ciudadanía de la unión europea, que se recogerá en un estatuto de derechos y deberes de los ciudadanos de Europa.La definición del estatuto, según la propuesta de la diputada italiana Rosaria Bindi, parte de la libertad de circulación, de residencia y de ejercicio de actividades políticas, económicas y sociales en todo el territorio de la unión. Por otra parte, Bindi sugiere la regulación del derecho de los residentes en cualquier país comunitario a votar en las elecciones municipales y europeas. El estatuto de ciudadanía también implicará el establecimiento por ley de un sistema de derechos sociales, por lo que se arbitrarán algunas condiciones de adquisición o pérdida de la ciudadanía.

En cuanto a los no ciudadanos, la ponencia propone que el Consejo fije la noción de personas residentes en la unión. La ley establecerá los criterios de acceso de los extranjeros residentes a las actividades económicas, y tendrá en cuenta una paridad plena con los ciudadanos de la unión. Igualmente, fijará los derechos políticos de los extranjeros.

La comisión institucional es la encargada de preparar los documentos que serán remitidos al Parlamento Europeo para la reforma de los tratados. En la reunión de Sevilla, primera que se realiza en España, la comisión abordará tres temas básicos, además del de la ciudadanía: las relaciones con otras instituciones, las bases de la unidad y el informe anual del Consejo europeo sobre la unidad.

Marcelino Oreja, presidente de la comisión -que se reúne 20 veces al año, pero siempre en Estrasburgo o Bruselas-, señaló que el reto más próximo de la CE es conseguir que el Parlamento europeo participe en el proceso legislativo y avanzar en la política exterior y de defensa común. El eurodiputado dijo que en la conferencia que la Comunidad celebrará a final de año en Holanda el Parlamento presentará unas exigencias mínimas, como es la obligatoriedad de que para cualquier modificación en el Tratado de Unión se requiera la aprobación del Parlamento. En la actualidad sólo hace falta la conformidad de los parlamentos de los países miembros.

Seguridad y defensa

Marcelino Oreja añadió que el fracaso de estas peticiones "no es seguro", aunque reconoció que resultará "bastante difícil" el avance en cuestiones como la seguridad y la defensa. "Me parece inconcebible", puntualizó, "que no haya una llamada clara e inequívoca a un fortalecimiento de las instituciones europeas, tanto en la unión monetaria como en la política".

Oreja aseguró que si el Parlamento considera insuficiente el resultado de la conferencia de Holanda, los respectivos parlamentos de Italia y Bélgica han anunciado ya que votarán en contra de las resoluciones.