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Madonna, pero menos

El "escándalo del año' cinematográfico, sólo para admiradores

Ana Alfageme

-Pues no se mesaron los cabellos, no pidieron las sales, estuvieron más bien formalitos los seguidores de Madonna durante el estreno de una película anunciada como "el escándalo del año". En la cama con Madonna, desde el pasado viernes en las salas de Madrid, no convoca a la legión de adolescentes -50.000 admiradores en Madrid- que reunió en sus conciertos el pasado año, durante la gira The Blond Ambition tour. Al estreno faltaron muchos famosos, Antonio Banderas entre ellos, los menos devotos se aburrieron, y para los admiradores entregados la película fue una delicia.

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Poco antes de las diez de la noche del jueves, unos 300 espectadores de pocos años maqueados para la ocasión -mucho rouge en caras sin arrugas, cuero y cruces- se mataban para ocupar sus butacas de club en el, cine Proyecciones de Madrid. "Ella lo va a hacer", anunciaban los carteles en Nueva York la pasada primavera. "El escándalo del año", aseguraban sin reparos los carteles pegados por el vestíbulo del cine. "Las tenían en Los 40 Principales de la cadena SER y se acabaron en media hora", co mentaba Juanjo, de 17 años, con el pecho de su camiseta de ciclista lleno de cruces. Admirador entregado, esperaba con su amigo Rodolfo, aspirante a cineasta, la llegada de las estrellas anunciadas por la organización. " Hemos invitado a músicos jovenes sobre todo".Madonna no estaba, claro. Lo más parecido fue la presentadora de televisión Leticia Sabater, que derrochaba brillos de oro en el traje y morritos coquetos ante las cámaras de televisión. "¿Por qué no hay chicas como tú en mi clase?", le gritaban.

Las cámaras, en realidad, esperaban sólo a Antonio Banderas. Pero Banderas no llegó para oír los comentarios, en pantalla grande, de una Madonna fascinada por el actor y desilusionada después por la evidencia de su matrimonio: "Tendrá el pene pequeño" o "seguro que no es tan buen actor". Las apostillas arrancaron bastantes carcajadas, como su reflexión: "Está casado, pero en España 'parece que eso no es importante".

"Es mandona"

Loles León, también rubia, se -llevó las aclamaciones de los quinceañeros. "¡Uhhhh! ¿Va a venir Almodóvar?", gritaba Rodolfo, que comentaba en voz baja: "A nosotros el que nos pone nerviosos es él". Otros se movían nerviosos por ver a Madonna. Loles, aún resacosa del fiestón de presentación de Tacones lejanos, de Almodóvar, estrenada el día anterior, venía "a chafardear" y a, verse en esos 10 minutos que la estrella norteamericana dedicó, en un brusco intervalo en su diálogo sin fin con sus bailarines, su vida, y su gira, a la fiesta que el cineasta manchego ofreció a Madonna el pasado año. "Madonna es mandona y un poco así, escuchufirría", explicaba la rubia nacional, firmando autógrafos, "es como un sheriff".Pasaban los minutos y Banderas no aparecía, ni la Obregón, pieza preciada de los reporteros. Llegaron las hermanas Flores -Rosario y Lolita-, Vicky Larraz, Eva Pedraza, Enrique del Pozo y Mirlam Díaz de Aroca. Todos, a falta de otra cosa, chuparon, ¿ámara. La película empezó a las 22.30 y con los primeros compases de Express yourself, todos estaban en sus sitios. Arriba, los adolescentes y sus palomitas. Bastante formalitos, aguantando un sonido infame y ensordecedor que distorsionaba los compases. Abajo, el aforo reservado a los vips sólo registraba media entrada, con prensa y todo.

Los chicos no alborotaron. Incluso una veintena se fue. Serieron con el desplante de, Madonna a Kevin Costner tras una arcada, el comentario: "¿Cómo puede decir alguien de inique soy ingeniosa?"-, con sus teorías sobre el pedo y con las escenas de Banderas. Recibieron con un "iUy, mona!" las largas peroratas sobre la homosexualidad de los bailarines y la escena en que dos de ellos se besan apasionadamente ante la cantante. "Mi escena favorita", ha dicho ella.

"Es ella"

Tras las casi dos horas de Madonna en blanco y negro -entre bambalinas- y Madonna a todo color -las canciones-, a JuanJo, el admirador, se le hizo corto, a Rodolfo le parecía un montaje, a Belén y Sandra, muy jovencitas, les pirriaron las actuaciones, Patricia decía: "La película es ella", a Amparo Larrañaga no le gustó nada -"no me ha interesado, pero ella es un animal de trabajo"-, y Loles León, la más buscada, no aparecía. Con los créditos del final, no sonaron aplausos.La película se ha estrenado en ocho salas. El sábado pasado, en el mismo cine donde se celebró la premiére, la sesión de tarde no registró más de 200 personas -con un aforo de 1. 100-, y el cine Lido, en la calle de Bravo Murillo, acogía a medio centenar de espectadores, algunos de ellos "clientes habituales que se marchan, porque dicen que es muy pesada", aseguraba el veterano acomodador. "Yo esperaba que fuese un éxito, pero no funciona", decía el encargado, moviendo gráficamente la cabeza.

Patricia, de 15 años, salía satisfecha del Lido y no entendía por qué no se encontró una cola para entrar. Le chiflaron las canciones. No sabe por qué, pero Madonna le encanta. Para algo tiene su habitación empapelada con posters. Manuel, de 19 años, que hace la mili, disfrutó como un loco, sobre todo con los números musicales. Beatriz, menos adolescente, salía transfigurada. Claro, casi dos horas con ella, decía. "A mí es que Madonna me pone muchísimo", aseguraba con un gesto malicioso.

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Sobre la firma

Ana Alfageme
Es reportera de El País Semanal. Sus intereses profesionales giran en torno a los derechos sociales, la salud, el feminismo y la cultura. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora jefa de Madrid, Proyectos Especiales y Redes Sociales. Ejerció como médica antes de ingresar en el Máster de Periodismo de la UAM y EL PAÍS.

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