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El falsificador británico Hebborn dice ser autor de "dos excelentes 'picassos '"

El artista presentará el martes un libro con pruebas documentales de sus afirmaciones

Eric Hebborn, el artista británico residente en Italia que protagoniza un nuevo escándalo de falsificaciones de obras de arte con se cuelas para varios museos importantes de¡ mundo, declaró el jueves a EL PAIS que ha trabajado "todos los periodos de¡ siglo XIV hasta hoy" y que, entre su obra vendida por galeristas importantecomo si fuera de grandes maestros, figuran "dos excelentes picassos ". También confirmó que la obra gráfica por él realizada y vendida como si fuera patrimonio histórico del arte incluye unos 1.000 dibujos y menos de 100 óleos.

Hebborn asegura también que en su libro Drann to trouble, que presentará el próximo martes en Londres, prueba documentalmente la veracidad de lo que dice. "Tengo cartas de galeristas que dicen que me compraron esas obras. Así, por ejemplo, yo puedo demostrar que el piranesi que hay en el Museo Real de Copenhague pasó por mis manos. En cambio, dicho museo, que insiste en la autenticidad de su cuadro, nunca podrá demostrar que éste existió antes de que yo lo tuviera".El artista británico, que afirma vivir fundamentalmente de la realización de esculturas retrato en bronce, añade que él no es un falsificador. "Una obra artística, en sí misma, nunca puede ser una falsificación. Lo que se puede falsificar son las certificaciones de que la obra ha sido realizada por un artista concreto, y, en ese trabajo de falsificación, los galeristas son expertos", dice.

"Siempre he sido honesto, aunque quería engañar, porque eso era parte del juego", sostiene. "Lo que yo he hecho es llevar obra mía a grandes galeristas, que son los que pueden vender grandes firmas, y pedirles su opinión. 'Es un picasso, me decían, por ejemplo. Yo insistía en que creía que no lo era, y les dejaba la obra para que la estudiaran. Cuando decidían comprarla, les explicaba que, para mí, seguía tratándose de un mal picasso, y se la vendía barata. Luego he sabido que la revendían por un precio mucho más alto".

¿Es posible que, tras falsificar obras de maestros como Van Dyck o Brueghel durante 30 años, Hebborri no sea millonario? "No soy rico", afirma.

"Alguien ha dicho que he gana do un millón de libras con esto pero no es verdad. Soy el millonario más pobre del mundo".

Tampoco cree haber incurrido en ninguna falta de respeto hacia los maestros que venera, "sino más bien lo contrario" "Los británicos", añade Eric Hebborn, "decimos que la imitación es la forma más sincera de lisonja".

De lo que sí está seguro este artista, que se define como "tradicional" -aunque, "pocuriosidad", ha hecho algunas incursiones en el abstractoes de haber aprendido sobre los maestros que ha falsificado 11 más que ningun experto del mundo". "Yo puedo dibujar un piranesi que engañe a todos, y eso los expertos nunca podrán hacerlo conmigo", explica seguro de si mismo.Un secreto bien guardado¿Hay algún motivo para que Hebborn rompa ahora un secreto de 30 años, más allá de vender el libro que promueve? "Cuando el escándolo muere, como sucede con todos los escándolos, me gustaría escribir un libro muy serio para estudiosos, no para el gran público, en el que expondré todo lo que he aprendido durante estos años sobre la técnica en la historia del arte", responde.

El British Museum, la National Gallery de Wasington y la de Canadá, el Museo Real de Copenhague y la Pierpont Morgan Gallery de Nueva York son algunas de las instituciones en las que Hebborn dice que cuelga obras realizadas por él. "Pero no son todas, sino la crema, las más importantes", comenta. ¿Tiene noticias de algún museo español? "No, queyo sepa", dice. Luego explica que ha perdido la pista de buena parte de sus trabajos, como, por ejemplo, de los dos "excelentes picassos -, que eran dibujos. "Sólo sé que, por la importancia del galerista que me los compró, tienen que estar en algún museo o en alguna colección privada revelante".

Mucho del éxito de Hebborn como falsificador vino a través de su amistad con Anthony Blunt, el asesor en arte de la reina Isabel de Inglaterra, ya fallecido, que resultaría ser un espía al servicio de la Unión Soviética. Blunt era uno de los mejores especialistas del mundo en pintura y arquitectura francesa, autor de importante estudios, profesor de la Universidad de Oxford y director delInstituto de Arte de Cortauld. "Cuando conocí a Blunt, él tenía 52 años, y yo, 24. Como los dos éramos homosexuales, la gente nos consideraba amantes. Pero eso no fue cierto. Fuimos grandes amigos en el beber y en el hablar de pintura durante unos 20 años, hasta que él se echó un amiguito que a mi me resultaba muy desagradable", cuenta Hebborn.Viaje a Londres

¿Cuántas copias de Drawn to trouble piensa vender el editor? "No lo sé. Debería preguntárselo a él, Gno creeT', responde este peculiar artista mientras hace las maletas para desplazarse a la capital londinense a presentar su libro.

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