La reconversión sanitaria es posible y además fácil, según Abril Martorell

La reforma sanitaria que debe afrontar el Gobierno es en realidad una reconversión, pero a diferencia de otros sectores reconvertidos en este caso no sólo es necesaria sino fácil, porque se trata de un sector en crecimiento que todavía permite una gran capacidad de maniobra, según Fernando Abril Martorell. Que añade, que con apenas una inversión inicial de entre el 3% y el 4% del presupuesto, el sistema puede incrementar su productividad en un 25%.

El margen de mejora es, según Abril Martorell, excepcional. "Sólo falta querer hacerla dijo ayer en declaraciones a este diario. Abril Martorell que viajó a Barcelona para participar en unas jornadas organizadas por la Unión Catalana de Hospitales, lamentó que el Parlamento no haya debatido en profundidad su inforrme, que ha tenido una acogida "muy a la española" es decir, "que se manipula, se descalifica, se construye un muñeco feo y luego se le apuñala". A pesar de ello estima que conforme va siendo conocido por los profesionales del sector, el informe está remontando las críticas y se está convirtiendo en un instrumento de debate. Abril Martorell cree que el Ministro de Sanidad no lo tiene especialmente difícil: "El sistema sanitario español tiene personal y recursos suficientes para que la reconversión genere felicidad. Los presupuestos van a crecer más que el IPC y más que el PIB, y también la demanda, por el simple hecho de que la renta del país se incrementa. En estas condiciones de expansión, la reconversión no sólo es factible, sino fácil".

El problema es cómo iniciarla. Abril Martorell no quiso aventurar una opinión directa sobre el veto impuesto por el Gobierno a la primera medida emprendida por el el ministro García Valverde, el proyecto de redefinir jurídicamente el Insalud como un gran holding público disgregado en una decena de entidades autónomas, pero afirmó: "En nuestro informe indicamos que ese es el final de un proceso. No creo que la reforma jurídica sea el primer paso a dar. La gestión debe descentralizarse, pero antes deben prepararse los receptáculos. En estos momentos no existe una estructura preparada para asumir automáticamente la autonomía de gestión".

"Si yo tuviese la responsabilidad de la reforma sería tenaz en la voluntad de aplicarla y cauteloso en el tiempo", afirma.

Abril Martorell aboga, en cambio, por introducir medidas educadoras, como el cobro de las prestaciones que, dentro de la legalidad ya vigente, los hospitales podrían cobrar y no cobran, como los gastos derivados de accidentes. "Esto representaría poco en términos ingresos, apenas un 3 o un 4% pero implicaría un cambio de mentalidad en la gestión".

Cobrar y facturar

También propugna que se pase factura a los usuarios, no para cobrársela, sino para que tomen conciencia de que lo cuestan y para que el personal sanitario descubra las duplicidades y exploraciones innecesarias que se producen. Abril Martorell sigue defendiendo el ticket moderador, a pesar de que en este punto, la propuesta del Informe Abril ha merecido un rechazo prácticamente unánime. Él sostiene que, a largo plazo, el previsible incremento de la demanda sanitaria no es financiable en su totalidad por el sector público, porque la presión fiscal está llegando en España a su techo de crecimiento. Defiende, por tanto, la necesidad de garantizar unos servicios mínimos para todos los ciudadanos, "como hoy es común la EGB", y unas prestaciones opcionales, "como hoy son opcionales el bachillerato y la universidad".

Se trata, según él, de que la gratuidad total sea una excepción para las capas sociales que de lo contrario no tendrían acceso al sistema. Preguntado si no considera una lección que el Servicio Nacional de Salud británico haya dado marcha atrás en el cobro de determinados servicios hospitalarios, responde que el sistema español, aún siendo similar no está tan encorsetado y permite mayor capacidad de reforma.