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Un ratón se convierte en el primer ser vivo patentado en Europa, en medio de gran polémica

Un ratón utilizado para investigar el cáncer se ha convertido en el primer ser vivo patentado en Europa, en medio de una fuerte polémica en la CE sobre si la vida puede ser objeto de registro legal. El organismo que concedió la patente el pasado 11 de octubre al oncorratón está relacionado con la CE y se ha adelantado a la próxima decisión del Parlamento Europeo sobre el tema. Los partidos verdes y una amplia gama de organizaciones no gubernamentales se han mostrado contrarios a patentar formas de vida superiores. La concesión de la patente puede ser recurrida.

La noticia de la concesión de patente a un ratón modificado por ingeniería genética y ya patentado en 1988 en Estados Unidos por la Universidad de Harvard ha causado un gran revuelo entre las organizaciones que se oponen a que se pueda patentar la vida. La campaña contra las patentes de los seres vivos está en su punto álgido, y la decisión de la Oficina Europea de Patentes, con sede en Múnich, se considera un intento de vaciar de contenido la decisión final del Parlamento Europeo.La propuesta de directiva que estudia actualmente el Parlamento Europeo es favorable en general a la patentabilidad de los seres vivos. Su camino burocrático ha sido muy lento, y dos comisiones se han negado ya a seguir adelante con ella argumentando que es necesaria una discusión previa más amplia de la que ha habido hasta el momento. En noviembre tomará su decisión la comisión jurídica, que es la competente en el tema.

Necesidad de debate

El Grupo Verde del Parlamento Europeo es de la opinión de que es necesario un debate social sobre los riesgos y ventajas de patentar los seres vivos mucho más amplio del que ha habido hasta el momento, de forma que los diputados representen con su. voto verdaderamente el sentir social. Su portavoz para política agraria, Hannes Lorenzen, ha señalado a este periódico que la decisión de la oficina de patentes es muy discutible, ya que existen varios artículos en el convenio europeo de patentes que prohíben patentar variedades animales o vegetales o innovaciones contrarias a las buenas costumbres.

Otras 30 organizaciones europeas, éstas no políticas, agrupadas en la coalición Patent Concern, han mostrado su rechazo a la posibilidad de patentar nuevas formas de vida, informa Reuter. El grupo afirma que la propuesta que discute la CE "da lugar a graves preocupaciones sobre la ética del tema y puede dañar el bienestar de los animales". La coalición se ha mostrado igualmente preocupada por el hecho de que las patentes harán aumentar el poder económico de las compañías multinacionales en agricultura y recursos genéticos, especialmente en el Tercer Mundo.

El tema se complica porque la Oficina Europea de Patentes no es propiamente un organismo dependiente de la CE. La Convención Europea ha sido firmada por países ajenos a la Comunidad, mientras que otros comunitarios no la han firmado.

Los creadores de las formas de vida transgénicas son, en su mayor parte, las grandes compañías químicas y farmacéuticas, que invierten grandes sumas de dinero en conseguir estos productos y tienen, lógicamente, interés en proteger sus inversiones. Los críticos afirman que nadie debe ser propietario de formas superiores de vida. Los opositores más extremos temen que éste es el primer paso para llegar a patentar seres humanos.

Estados Unidos ha sido el país pionero en conceder patentes a seres vivos. En 1980, el Tribunal Supremo decidió que era legal en un caso referente a una bacteria que degrada el petróleo. La primera patente a un animal se concedió en 1988 al oncorratón desarrollado por la Universidad de Harvard. En Europa, el tema ha suscitado menos controversia y se ha desarrollado a un ritmo más lento. Los expertos legales europeos estudian si la ingeniería genética, que consiste en el cambio o la adición de segmentos de material genético (ADN) a un ser vivo, puede considerarse un invento o simplemente un descubrimiento. En este último caso no sería patentable.

El cáncer si, el pelo no

El oncorratón es un animal modificado genéticamente para hacerle susceptible a tumores humanos. Comercializado por la empresa DuPont Nemours, sus clientes son laboratorios de investigación de todo el mundo. Los ratones se han utilizado en las dos últimas décadas como modelo animal para la investigación del cáncer, pero últimamente su utilidad ha sido puesta en duda por numerosos científicos, que creen que la respuesta de los; ratones ante dosis masivas (le sustancias cancerígenas no refleja la susceptibilidad humana a los tumores con dosis mucho más pequeñas. Sin embargo, la patente europea se concede teniendo en cuenta Ia gran importancia que tiene este tipo de investigación para la humanidad"!Menos suerte que el oncorratón ha corrido otro roedor puesto a punto en Francia que tiene la característica de que le crece mucho el pelo. La Oficina Europea de Patentes (OEP) ha negado la solicitud en este caso, alegando que el fin perseguido -saber por qué crece el pelo y por tanto la lana en las ovejas- no justifica el posible sufrimiento del animal. En ambos casos la OEP señala que el estudio de las solicitudes se hace caso por caso, y que la aprobación de uno no presupone la del siguiente.

Los productos obtenidos por biotecnología presentan dos vertientes polémicas: su patentabilidad y su acceso al mercado. Las plantas y animales transgénicos para consumo humano no han conseguido todavía llegar a los mercados porque se han

interpuesto barreras que tratan de probar su inocuidad tanto para el medio ambiente como para el consumidor. Por otra parte, el reconocimiento de derechos de propiedad de estos productos hace pensar en el dominio de la agricultura y la ganadería por unas pocas multinacionales, lo mismo que sucede con los fármacos. Un caso curioso es el de una multinacional estadounidense que investiga plantas resistentes a sus propios pesticidas, de forma que previsiblemente tendrá un mercado cautivo de semillas compuesto por los consumidores de sus propios productos.

El vicepresidente de la comisión jurídica del Parlamento Europeo, el alemán Will Rothley, ha mostrado su reserva ante la patente de los seres vivos: "La humanidad no podrá nunca deshacerse de los inventos biotecnológicos y es difícil imaginar qué tipo de monstruos andarán por ahí dentro de 1.000 años".

La empresa británica ICI, que ha puesto a punto unos tomates transgénicos que aguantan más tiempo sin ponerse blandos, se ha mostrado encantada con la patente concedida al oncorratón. Un portavoz ha reconocido que en el caso de organismos que se reproducen, como las plantas y los animales, la patente daría derechos de propiedad sobre todos los descendientes, como son las semillas.

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