González se niega, en contra de toda la oposición, a participar en un debate parlamentario sobre la droga.

El Gobierno rechazó ayer la petición unánime de la oposición en la reunión de la Junta de Portavoces del Congreso de que Felipe González comparezca en el Parlamento para debatir medidas más eficaces de lucha contra la droga. El Gabinete contestó que la presencia del ministro de Sanidad, Julián García Valverde, en un debate monográfico a celebrar a fines de noviembre, dará relieve suficiente al tema. Esta respuesta originó una dura respuesta del portavoz adjunto del PP, Luis Ramallo: "El gran responsable del problema de la droga en España tiene nombre, vive en La Moncloa y se llama Felipe González".

Los representantes de todos los grupos parlamentarios, excluido el socialista, coincidieron ayer en apoyar esta segunda petición del Partido Popular de que el presidente del Gobierno acuda al pleno del Congreso para participar, y dar con ello más trascendencia y eficacia a las conclusiones, en el análisis y búsqueda de soluciones sobre la drogadicción y los problemas de inseguridad ciudadana que está generando. Un problema que, según sondeos del Centro de Investigaciones Sociológicas, se ha colocado en el primer lugar de las preocupaciones de los españoles.Pero el ministro para las Relaciones con las Cortes, Virgilio Zapatero, recordó que ya el pasado día 20 de junio tuvo lugar un debate monográfico al respecto en el Congreso y se remitió al reglamento de esa Cámara para justificar que es el Gobierno, y no su presidente, que puede ser requerido a dar explicaciones.

"Grandes asuntos"

La negativa del presidente del Gobierno a participar en el monográfico debate propuesto por el PP y apoyado por toda la oposición se produce cuando en España se registra en estas fechas un fuerte movimiento social frente al problema de la droga, que se inició con la formación de patrullas ciudadanas en barrios donde se vende droga.Virgillo Zapatero apeló a que Felipe González siempre ha informado sobre los grandes asuntos que interesan a los españoles, como en los debates sobre el estado de la nación o los dedicados a las reuniones de los consejos europeos, y a que seguirá haciéndolo. "No excluimos otro tipo de comparecencias suyas, pero debe ser en el marco de un nuevo reglamento", se disculpó.

Nada más concluir la reunión de la Junta de Portavoces -a la que asisten representantes de todos los grupos parlamentarios-, el dirigente del PP Luis Ramallo acusó al Gobierno -"que es el que ha legalizado el consumo de la droga en España", dijo- de utilizar subterfugios reglamentarios para evadir la comparecencia de González ante la oposición.

"El presidente del Gobierno tiene miedo a afrontar sus responsabilidades ante el Congreso", exclamó. Y para no dejar ninguna duda de cuáles son, en su opinión, esas responsabilidades, Ramallo dijo que "el gran responsable del problema de la droga en España tiene nombre, vive en la Moncloa y se llama Felipe González Márquez".

También muy crítico con el Gobierno, pero más cauto en su lenguaje, Álvarez Cascos responsabilizó al Ejecutivo de "la angustia progresiva e imparable ante el consumo de droga que se extiende por España como un reguero de pólvora". Este destacado dirigente anunció que el PP es partidario de tipificar como delito el blanqueo del dinero del narcotráfico en entidades bancarias y especificó que pedirá penas de arresto mayor, de, 31 días a seis meses de cárcel, para castigar el consumo público de droga. El PP ha pedido tipificar como delito esa actividad en sus enmiendas a la Ley de Seguridad.

Entre las propuestas del Partido Popular en relación con la droga, también figura la reforma del Código Penal para que terroristas y narcotraficantes sean equiparados a la hora de que cumplan íntegramente sus condenas. Igualmente, solicita más medios para el Plan Nacional contra la Droga y pide mayor colaboración con todos los ayuntamientos que han dictado bandos contra la droga. Por último, exige más ayuda para los ayuntamientos y sus programas de rehabilitación de drogadictos.

La airada reacción del PP se registra también en un momento en el que sus relaciones con el PSOE se encuentran en uno de sus momentos bajos. Especialmente graves han sido las acusaciones mutuas después de que el presidente del PP, José María Aznar, señalara que el poder socialista había conseguido que él fuera citado a declarar como testigo en el juicio por el caso de la construcción en Burgos.