Del buen gusto

Melodrama: "Obra teatral en que se exageran los trozos sentimentales y patéticos con menoscabo del buen gusto". Lo que consigue Pedro Almodóvar en Tacones lejanos con su talento visual y narrativo es reivindicar desde la desmesura lo sentimental y lo lacrimógeno. Que ello conlleve el menoscabo del buen gusto es opinable. Se supone que todo lo desmedido es de mal gusto, desde la guerra y el hambre a las ganancias de los especuladores, pero las complicaciones surgen cuando el material con el que se trabaja es el de la pasión amorosa en cualquiera de sus derivaciones. Trabajar sobre sentimientos es, siempre, saltar en el vacío pero en ello radica, también, la condición del artista.El Almodóvar melodramático rezuma buen gusto: el de remover la lánguida industria cinematográfica nacional; el de sorprender en cada obra a sus espectadores; el de reivindicar una gloriosa tradición fílmica que tiene en Douglas Sirk a uno de sus puntales y, sobre todo, el buen gusto de asumir y mostrar con inteligencia todo aquello que la cultura popular de su tiempo va depositando en tierra de nadie, desde las espléndidas historias del género de cárceles de mujeres a los consultorios sentimentales de Pronto, conformando una sofisticada estética pop. Una combinación que consigue, con sensibilidad e intuición, trascender lo intrascendente.