Interrumpida la búsqueda en Galicia y Escocia de los 25 náufragos al perder toda esperanza de hallarlos vivos
Los familiares de los ocho marineros desaparecidos tras el naufragio óel pesquero Os Tonechos, en Malpica (La Coruña), rastrearon ayer las playas de la zona en busca de los cadáveres de los pescadores. Los equipos de rescate y las propias familias tienen la total certeza de que los marineros fallecieron al hundirse su barco. El noveno tripulante del pesquero, cuyo cadáver apareció el sábado flotando cerca de una playa, fue enterrado ayer.
Las autoridades dan también por muertos a los 16 tripulantes del buque hispano-alemán Frank C, hundido el lunes en aguas de Escocia, con lo que se eleva a 25 el número de marineros muertos en la última semana, de los que 23 son gallegos.Parte del casco del pesquero Os Tonechos, que se encontraba hundido a unos 11 metros bajo el agua, fue reflotado al mediodía de ayer con la ayuda de varios barcos y un equipo de submarinistas de la Guardia Civil. En su interior no se halló ningún cadáver. El buque estaba partido en dos a consecuencia de un golpe de mar que presumiblemente le hizo colisionar contra unas rocas, en una zona de cuatro millas de tierra considerada muy peligrosa por los marineros. El trozo del buque fue varado en una playa, ya que existía interés por parte de la compañía de seguros en inspeccionarlo, según fuentes de la cofradía de pescadores de Malpica.
Nadie duda en el pueblo de que los marineros han fallecido y sus cadáveres se encuentran a la deriva tras haber sido arrastrados por la corriente. Familiares y convecinos suyos rastrearon infructuosamente playas y acantilados de esta zona de la Costa de la Muerte, mientras las viudas y madres de los desaparecidos lloraban a los muertos recluidas en sus hogares.
Dos helicópteros, un remolcador, lanchas de la Cruz Roja y algunos pesqueros continuaban también la búsqueda por mar y aire. Nada más despuntar el alba, decenas de personas, la mayoría viejos pescadores y ancianas enlutadas, comenzaron a concentrarse en el puerto para seguir de cerca las labores de rescate. El Ayuntamiento, reunido en pleno extraordinario a última hora del sábado, decretó tres días de luto oficial,
Visita de Fraga
El presidente de la Xunta, Manuel Fraga, visitó Malpica a primera hora de la mañana y asistió a una multitudinaria misa en la que se rezaron plegarias por los ahogados. Prácticamente todo el pueblo asistió por la tarde al entierro del único marinero cuyo cadáver ha sido encontrado, Modesto Varela Torrado, de 49 años, casado y con tres hijos.
El presidente de la Xunta aprovechó su visita para hacer un llamamiento para "aumentar la conciencia de que es necesario tomar medidas precautorias, evitar las rutas más difíciles y acabar entre todos con esa situación". Fraga prometió ayudas de la Xunta para las familias de las víctimas, como ya había hecho el día anterior el pleno del Ayuntamiento. La cofradía de pescadores también se ha mostrado dispuesta a realizar una cuestación popular.
La situación económica de algunas de las familias es ciertamente desesperada, sobre todo la del patrón y armador del buque, Antonio Alfeirán Castro, de 41 años, que trabajaba en Os Tomechos junto a su hijo Antonio, de 21, y que acababa de afrontar hace seis meses el gasto de construcción del barco.
"Es la peor desgracia que hemos tenido nunca"
Los habitantes de Malpica están ya acostumbrados a las tragedias en el mar pese a que un cartel a la entrada del pueblo avisa al visitante del pueblo que llega a "la villa de la vida en la Costa de la Muerte". "Es la peor desgracia que hemos tenido nunca en Malpica", se lamentaba ayer el secretario de la cofradía de pescadores y diputado autonómico del Partido Popular, José Manuel Vila.Los pescadores del pueblo hacían ayer conjeturas sobre las causas del naufragio del buque Os Tonechos, y la mayoría coincidía en señalar que el patrón del buque hizo una maniobra excesivamente temeraria. "Si el patrón hubiese sido un marinero menos experto seguro que no le habría pasado esto", explicó un vecino al presidente de la Xunta. "En la zona donde se hundió el barco hay muchas rocas, es muy peligrosa y sólo se puede pasar cuando hace bueno. Con el mar de fondo que había esa noche no debieron meterse por allí. Pero se confiaron, quisieron atajar para llegar antes a casa y acabaron en el fondo del mar. Como decimos nosotros, algo los estaba llamando allí".
Fraga se reunió con un grupo de marineros en la cofradía de pescadores, donde le explicaron las circunstancias en que se produjo el naufragio. Posteriormente, el presidente de la Xunta sobrevoló la zona del accidente en un helicóptero de la Dirección General de Marina Mercante.
Cuando Fraga preguntó a los marineros si el buque era nuevo -había sido construido hace seis meses-, un hombre le respondió a sus espaldas, en voz baja, como hablándose a sí mismo: "En el mar no hay barcos nuevos".
Una fecha negra
La fecha del 5 de octubre evocaba ya trágicos recuerdos para la mayoría de los marineros de la Costa de la Muerte. Hace dos años, ese mismo día naufragaba en estas mismas aguas el pesquero Nuevo Nautilus, con base en Laxe, un puerto coruñés muy próximo a Malpica. Los cinco tripulantes del buque perecieron.
La cadena de accidentes de. los últimos meses -49 marineros gallegos muertos o desaparecidos en siete meses- ha sensibilizado especialmente a las gentes del mar y a los responsables políticos. El consejero de Pesca de la Xurita, Enrique López Veiga, ha insistido en que los propios pescadores son muy poco respetuosos con las medidas de seguridad en los buques.
Sin embargo, los sindicatos afirman que los pescadores acceden a subir a barcos en muy malas condiciones porque el sector sufre una fuerte crisis y hay pocos puestos de trabajo. Organizaciones como Comisions Mariñeiras o la Asociación Española de Titulados Náutico Pesqueros, denuncian además que las inspecciones realizadas a bordo de los barcos son muy poco rigurosas en cuanto a las exigencias debidas y que se dan numerosos casos de corrupción entre los funcionarios encargados de realizarlas.
El último rastreo en busca del 'Frank C'
Las autoridades británicas comunicaron a última hora del pasado sábado a la Dirección General de la Marina Mercante que habían decidido abandonar la búsqueda del pesquero Frank C, hundido el lunes en las costas de Escocia, ya que se considera muy improbable que los 16 marineros desaparecidos se encuentren aún con vida. La solicitud expresa de los responsables del Salvamento Marítimo español logró que los guardacostas del Reino Unido acce diesen ayer a peinar la zona con un helicóptero por sexto día consecutivo. Los cuatro aviones que se encargaron de rastrear la zona del naufragio durante la última semana, dos de ellos pertenecientes a las Fuerzas Aéreas norteamericanas, con base en Islandia, y otros dos británicos, se quedaron ayer en sus bases.En la última semana la búsqueda de los naufragados ha cubierto un área de unos 17.000 kilómetros cuadrados, en los que no se ha encontrado ni un solo indicio de la presencia de los marineros.
"Un gran esfuerzo"
El presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, admitió ayer durante su visita a la localidad coruñesa de Malpica que en el rescate de los náufragos de Escocia "se ha hecho un gran esfuerzo" y que las esperanzas de encontrar con vida a los marineros del Frank C "son muy límitadas".
Hasta ahora, las autoridades y los familiares confiaban en que los marineros desaparecidos pudiesen estar a salvo en la balsa en que aseguró haberlos visto el único superviviente, Gerardo Pérez Pose, un pescador de Malpica que pasó 26 horas sobre una lancha salvavidas.
Sin embargo, tras casi una semana sin rastro del bote ni de ningún aro o chaleco salvavidas, los familiares de los pescadores desaparecidos ponen en duda esta versión y algunos consideran que es "producto del nerviosismo" de Gerardo Pérez.
El superviviente todavía no se ha recuperado de la tremenda Impresión psicológica causada por el naufragio, según comentaba ayer su padre, Modesto Pérez.
La noticia del hundimiento del buque Os Tonechos, dos de cuyos tripulantes vivían a escasos metros de su casa, no ha hecho más que aumentar su amargura. "Cuando lo supo se echó a llorar y se abrazó a nosotros", relató su padre.
Gerardo Pérez visitó el sábado algunos de los familiares de los tripulantes del buque Frank C desaparecidos, entre los que hay 14 gallegos, un alemán y un surafricano. "¿Dónde has dejado a nuestros marinos?", le imploraron desesperadas sus esposas.
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