Cartier-Bresson expone en Almeria sus últimas fotos
El maestro del periodismo gráfico dice haberse pasado a la pintura
El dios vivo del peridismo gráfico, el francés Henri Cartier-Bresson, de 83 años, expone esta semana en Almería, en el Proyecto Imagina, su inédita serie Amériques, realizada hace 20 años, y que constituye el último de sus trabajos en un arte que HCB asegura hoy que le interesa menos que pintar.
Alto, con un pelo tan rubio como escaso.. unas ligeras gafas doradas frenandole la mirada y un pañuelo anudado al cuello, Henri Cartier-Bresson es, a sus 83 años, el secreto mejor guardado del mundo contemporáneo. ¡Un fotógrafo que nunca se deja fotografiar! Un francés con aire de gentleman que, por ocultar su identidad, ha sido capaz de sacar la pequeña navaja de la que nunca se desprende y amenazar con ella al intruso que pretendía hacerle un retrato. Para que aprenda.Amable, tímido y reservado, este hombre es un auténtico mito viviente. Unánimemente reconocido como el inventor del fotoperiodismo, y elevado a los altares de la fotografía como su gran dios, Cartier es un rebelde. Hijo de un empresario textil, prefirió echarse al monte con su pequeña Leilca al hombro, en lugar de vivir de los negocios familiares. Se convirtió en fundador -junto con Robert Capa, Shim Seymoury Georges Rodger- de la mítica agencia Magnum, en la que se han escrito las mejores páginas del periodismo gráfico de nuestros días. Cansado de ser reconocido como el gran maestro, decició, hace ya casi 30 años, abandonar el oficio y cambiar la máquina de fotos por los pinceles. "No quiero herir a mis companeros , pero la fotografía no me in teresa". Y lo dice con ese aire tan serio y tan formal, como si no supiera que su interlocutor sabe que es mentira.
Viajero entusiasmado, HCB descubrió España al principio de los años treinta, cuando vino a Madrid para hacer en el Ateneo una de sus primeras exposicicines. Entonces, con billete de tercera, también recorrió con su máquina de fotos Alicante y Andalucía. Años más tarde, durante la guerra del 36, estuvo aquí cargado con una cámara de cine para hacer un documental en los hospitales republicanos. Para entonces, - y gracias a una intensa
peripecia mexicana, ya hablaba el español con ese acento que recuerda las películas de Buñuel.
Cartier ha pasado por el mundo de la fotografia de puntillas."La fotografia", confesaba hace poco, "es una lección de amor y odio al mismo tiempo. Es una metralleta, y también el diván del psiquiatra. Un sí y un no. Pero, sobre todo, es un beso muy cálido".
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.