Progresistas y convergentes

Una encuesta realizada hace un par de años entre los asistentes al Fórum Home i Evangeli (Foro Hombre y Evangelio), que reúne anualmente a los cristianos más abiertos de Cataluña, muestra que el 40% de ellos vota a Convergència i Unió (CIU); el 24% a Iniciativa per Catalunya (IC); el 16% al Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) y el 5% a Esquerra Republicana de Catalunya (ERC).Es decir, la mayoría de los cristianos más abiertos orientan sus preferencias electorales hacia una coalición nacionalista conservadora.
No obstante, a estos encuentros no asisten otros muchos católicos, más ortodoxos o cercanos a la jerarquía, que también están próximos a CIU, pero en el terreno eclesial están alejados de sus correligionarios en lo político que acuden al citado foro. Su proximidad a las zonas nacionalistas templadas se corresponde, en este segmento de población, con sus posiciones religiosas.
En este sector no asistente se encontrarían los creyentes próximos al semanario Catalunya Cristiana. Esta publicación fue una de las impulsoras, en 1989, de la peregrinación que se realizó a Roma con motivo del milenario de Cataluña.
Catalizador político
El nacionalismo de CIU se muestra, por tanto, como un catalizador político de gran parte de los católicos catalanes, que prefieren una opción menos definida que la derecha o la izquierda políticas puras y duras.
En ese estudio, realizado por el Centro de Información y Documentación de Barcelona (CIDOB), resulta curioso constatar que en la escala de valores los dogmas de la Iglesia no obtienen el respaldo de ningún encuestado, mientras que lo más apreciado es el amor al prójimo, que considera fundamental el 77% de los 370 consultados.
El 83% de los encuestados considera que la estructura eclesial y la ortodoxia actúan como un freno para el seguimiento de Jesús.
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