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Dos grupos opearativos eliminados en 15 días

La acción desarrollada por la Ertzaintza (policía autonómica vasca) el viernes ha dejado a ETA sin comandos operativos en Vizcaya. Sólo un activista liberado, Juan Carlos Iglesias Chozas, Gadafi, se encuentra en la calle. En Guipúzcoa, la infraestructura etarra ha sido también seriamente dañada en las últimas semanas. Desarticulado el comando Donosti y capturados los integrantes de los grupos de apoyo, ETA ha visto seriamente menguada su capacidad operativa y sólo cuenta en la provincia con dos liberados, cuya identidad desconoce la policía.Los dos comandos han superado en los dos últimos años el centenar de acciones terroristas, con cerca de 30 asesinatos.

Los responsables de la lucha antiterrorista consideran que el comando Vizcaya ha estado formado en los últimos meses por Juan Carlos Iglesias Chozas, Gadafi; Juan María Ormazábal Ibargüen, El Turco -muerto el jueves en el enfrentamiento con la policía-, y otro activista, Manu, cuya identidad corresponde al presunto etarra herido en Bilbao, Jesús María Mendinueta Flores.

Las hipótesis sobre el paradero de Gadafi son múltiples. Si el acoso policial ha conseguido quemar al único liberado que puede actuar en Vizcaya es posible que la dirección de ETA haya permitido que Iglesias se oculte en Francia.

A lo largo de 1991, las fuerzas de seguridad han asestado varios golpes a la estructura del comando Vizcaya, reorganizado en el verano de 1990 tras la detención de Carmen Guisasola en Francia. Dos presuntos miembros de un grupo satélite, acusados de actuar en colaboración con los ilegales, fueron detenidos en enero. Se les atribuyó la participación en más de 20 atentados, que causaron la muerte a seis personas.

Cuatro meses después, la Ertzaintza localizó en un monte de Bedia (Vizcaya) un depósito de 150 kilos de amonal destinados al comando. En junio, la policía logró desarticular a otro grupo de apoyo, el comando Matalak, cuando sus tres integrantes se disponían a colocar una bomba en el coche de un agente del Cuerpo Nacional de Policía estacionado en Barakaldo (Vizcaya). La operación se completó con el arresto de otros tres presuntos colaboradores de la infraestructura etarra y con la incautación de un importante arsenal y documentación sobre las actividades del grupo.

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