_
_
_
_
LA REVOLUCIÓN DE AGOSTO

El Soviet Supremo retira poderes especiales a Gorbachov antes de autodisolverse

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

El Sóviet Supremo (Parlamento permanente) decidió ayer retirar al presidente soviético, Mijail Gorbachov, los poderes especiales que le otorgó en noviembre y diciembre de¡ pasado año. La votación resultó abrumadora: 279 votos a favor del recorte y sólo 37 en contra, más 38 abstenciones. Sin embargo, la resolución, presentada por sectores demócratas, no es una bofetada al presidente, ya que éste nunca llegó a utilizar estas prerrogativas.

Más información
El PCUS busca local para autodisolverse

La limitación de los poderes otorgados a Gorbachov era una petición reiterada por los sectores demócratas, que aducían que sólo podían servir para la instauración de un Gobierno dictatorial. Esta argumentación reapareció ayer en el Parlamento, cuando se recordó que Gorbachov nunca hizo uso de los poderes -podía incluso emitir decretos sin control parlamentario- y sí la junta golpista en su intento por hacerse con el poder.En una sesión tormentosa, algunos parlamentarios pretendían que se aprobara la liquidación del PCUS, tras haber sido ya disuelto por Gorbachov hace unos días. Esta proposición no prosperó, aunque sí se acordó, finalmente, "congelar la actividad del PCUS en todo el territorio de la URSS" e investigar la actitud de los dirigentes del partido durante el periodo del golpe.

El Sóviet Supremo tomó también otra importante decisión: disolverse. Una disolución que había sido constantemente reclamada por los reformadores, que consideraban que mantuvo una actitud de tibieza frente a los golpistas. El Sóviet Supremo deberá ser renovado en la reunión que celebrará el Congreso de los Diputados del Pueblo el próximo martes.

Tanto el presidente ruso, Borís Yeltsin, que ayer viajó a Riga para entrevistarse con el presidente de Letonia, Anatoli Gurbonovs, en un balneario próximo a la capital, como sus colaboradores, han advertido sobre la posibilidad de que el Congreso elija en su reunión un Sóviet de tendencia claramente conservadora, llegando a hablar de la posibilidad de un "golpe constitucional", frente al que habría que "estar preparado para la lucha", en palabras de Yeltsin.

El Parlamento tuvo, antes de disolverse, conocimiento del acuerdo al que llegaron Rusia y Ucrania por el que reconocen "mutuamente sus soberanías" y deciden colaborar en el mantenimiento de un único espacio económico.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Pasa a la página 3

Más información en páginas 2 a 6

El Sóviet Supremo se hace el haraquiri

Viene de la primera páginaEl Parlamento soviético se negó ayer a aprobar la nueva composición del Consejo de Seguridad de la URSS propuesta por el presidente Mijaíl Gorbachov, que incluía a una serie de destacados demócratas, exigiéndole que primero obtuviera el visto bueno del Consejo de la Federación, un organismo ya prácticamente superado, del que forman parte, tanto los líderes de las repúblicas federadas como los de las autonomías. Sin embargo, el Parlamento permanente sí aceptó hacerse el haraquiri aprobando una resolución cuyo último punto contempla pedir al Congreso de los Diputados de la URSS, el superparlamento, que renueve a partir del lunes la composición del Sóviet Supremo, lo que equivale a aprobar su disolución.

Gorbachov sometió a la aprobación de los diputados una resolución de dos puntos. En el primero se ratificaban los nombramientos como miembros del nuevo Consejo de Seguridad de los presidentes de las nueve repúblicas que antes del golpe de Estado estaban dispuestos a firmar el Tratado de la Unión. En el segundo punto se incluían en este organismo a conocidos demócratas: Alexandr YákovIev, ex asesor principal de Gorbachov y candidato a la vicepresidencia de la URRS; Edvard Shevardnadze, ex ministro de Exteriores; Anatoli Sobchak, alcalde de Leningrado; Gavril Popov, alcalde de Moscú; Yuri Rizhov, jefe de un comité parlamentario y miembro de Rusia Demócratica, y el nuevo jefe del equipo de Gorbachov, Grigori Revenko.

El Consejo de Seguridad "deberá desempeñar un importa»te papel en el periodo de transición mientras no adoptemos un nuevo documento sobre cómo será nuestra Unión", dijo Gorbachov. Este órgano, según el presidente, deberá "asumir la principal responsabilidad política para unir a todas las fuerzas y contribuir a su cooperación con el fin de resolver los problemas urgentes" del país.

El Sóviet Supremo de la URSS aprobó la incorporación de los líders de Azerbaiyán, Bielorrusia, Kazajstán, Kirguizistán, Rusia, Tayikistán, Turkmenistán, Ucrania y Uzbekistán al Consejo de Seguridad, pero se negó a discutir la aprobación de los candidatos liberales. Las razones dadas para este rechazo fueron dos, una de carácter político, y o1ra, constitucional. Primero, algunos diputados dijeron temer que en reemplazo de un monopolio llegue otro, refiriéndose al techo de que por lo menos cuatro de los liberales propuestos forman parte del órgano 'dirigente del Movimiento de Reformas Democráticas. Y segundo, porque, según la Constitución vigente, el presidente debe acordar a composición del Consejo de Seguridad con los miembros del Consejo de la Federación. Y es muy posible que en este órgano, prácticamente moribundo, surjan problemas con las candidaturas, porque, de aprobarse, habrá un claro predominio ruso en el Consejo de Seguridad, cosa que no les conviene a las repúblicas federadas, y segundo, porque muchos dirigentes de las autonomías son conservadores y no ven con buenos ojos a los demócratas que actuaron resueltamente contra los golpistas.

Como resultado, el Consejo de Seguridad quedó compuesto por el momento por 12 miembros: el presidente soviético, los líderes de nueve repúblicas más Vadini Bakatin (nuevo jefe del KGB) y Yevgueni Primakov, los únicos dos miembros de este órgano que no fueron destituidos por Gorbachov. Antes del golpe de Estado, además de estas dos últimas personas, formaban parte del Consejo de Seguridad el ex vicepresidente de la URSS Guennadi Yanálev; el ex primer ministro, Valentín Pávlov, y los ex ministros de Defensa, Dmitri Yázov, de Interior, Borís Pugo, y de Exteriores, Alexandr Besmértnij, más el ex presidente del KGB Vladímir Kriuchkov.

La tormentosa sesión de ayer comenzó con un informe de Anatoli Sobchak sobre el comunicado que lograron firmar los representantes de Rusia y Ucrania después de la delicada situación que se creó con la declaración de la independencia de Ucrania y las manifestaciones del portavoz del presidente de Rusia, Borís Yeltsin, en cuanto a que se reservaban el derecho a revisar las actuales fronteras de la república. Las partes, según informó Sobchak, confirmaron que "la antigua Unión ya no existe y no se puede regresar a ella", y que se deben "tomar medidas conjuntas para impedir la desintegración incontrolada del Estado".

Nueva situación

En el comunicado firmado por el presidente de Ucrania, Leonid Kravchuk, y el vicepresidente de Rusia, Alexandr Rutskói, al final de la reunión en Kiev, la capital ucrania, se dice que, como resultado de "la liquidación del golpe de Estado en la URSS, ha surgido una nueva situación política que abre la posibilidad de acelerar las transformaciones democráticas y relazar completamente los derechos de soberanía de las repúblicas".

Los diputados discutieron luego el proyecto de resolución sobre la situación surgida en el país como consecuencia del golpe de Estado, que fue aprobada en general. El Sóviet Supremo suspendió las actividades del PCUS en todo el territorio nacional pero se negó a aprobar su "liquidación", limitándose a "encargar a la fiscalía de la URSS que realice una investigación de los datos sobre la participación de los órganos dirigentes del PCUS en las acciones para cambiar por medio de la violencia el régimen constitucional".

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_