Podemos se parapeta en su defensa del feminismo tras los cuestionamientos por el ‘caso Monedero’
Belarra sostiene que actuaron correctamente, “cuando nadie miraba” y “por compromiso ético” con sus valores
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Podemos reivindicó este sábado su “compromiso ético con el feminismo” para defender la actuación del partido en el caso de las denuncias de agresión sexual contra Juan Carlos Monedero. En un asunto sobre el que ha forjado su identidad y ante los cuestionamientos por el relato de la organización, que ha asegurado que lo “apartó” en cuanto supo de las acusaciones en septiembre de 2023 aunque hay elementos que apuntan en otra dirección, la líder de Podemos, Ione Belarra, se aferró a estos valores para sostener que actuaron cuando “nadie miraba” con el fin de “generar espacios seguros” y cargó contra la cobertura mediática del caso.
La crisis estalló el jueves, cuando la formación reconoció haber sabido 17 meses antes de sendas acusaciones contra Monedero, uno de sus fundadores, que incluían comportamientos como “manoseos en entornos del partido”, “tocamientos en cintura y trasero” o “intentar besar a una compañera estando ebrio”. La dirección aseguró que desde ese momento decidió retirarlo de las actividades públicas y privadas de Podemos. Sin embargo, varios mensajes en redes posteriores a esa fecha reflejan aún cercanía, Monedero siguió emitiendo su programa en la televisión de Pablo Iglesias hasta enero del año siguiente y La Sexta publicó el viernes conversaciones del chat del Consejo Ciudadano Estatal (el órgano de dirección del partido) en el que aún estaría participando en diciembre de 2023.
Pese a la contundencia con la que Podemos defiende que procedió, la investigación tampoco continuó porque alegan que las víctimas nunca respondieron a los correos del partido y para “preservar su confidencialidad” no preguntaron a Juan Carlos Monedero, como han reconocido ambas partes. Casi año y medio después, la realidad es que esas pesquisas no han podido avanzar, aunque Belarra subrayó hace dos días que los protocolos “están a disposición” para que cualquier mujer que quiera denunciar lo haga. Sin más datos, argumentan, no puede avanzar el procedimiento formal a través de la Comisión de Garantías para, en su caso, suspenderlo de militancia.
“Tenemos un país donde a los hombres con poder solo se les aparta de sus responsabilidades cuando se desata la crisis mediática”, aseguró Belarra el sábado a su llegada a un acto en Madrid. “Actuar cuando nadie mira es lo difícil y nosotras lo hicimos por compromiso ético con nuestros valores feministas”, defendió. “Apartamos a Juan Carlos Monedero en el momento en el que tuvimos conocimiento de los testimonios de estas víctimas, y lo hicimos porque queremos poner en el centro a las víctimas, protegerlas y proteger su voluntad. Tener en cuenta a las mujeres y lo que ellas quieren es fundamental. Ellas querían discreción, querían anonimato, y por eso actuamos como actuamos”, reiteró. En su día, no se supo públicamente de la investigación. En la misma línea aseguró que el objetivo “era y es garantizar que la organización es un espacio seguro para todas las mujeres” y que “tomaron todas las medidas” para que así fuera.
En su exposición ante los periodistas, la secretaria general de Podemos también pidió hacer “una reflexión” sobre el tratamiento mediático del caso y acusó en particular a este diario por una de sus informaciones. “EL PAÍS, que lleva en portada hoy [por el sábado] un bulo, originalmente generado por El Confidencial Digital en el que se hablaba de un expediente que yo habría abierto contra Juan Carlos Monedero por criticar a Irene Montero”, dijo. El artículo al que hace alusión Belarra recoge un mensaje suyo publicado en la red social X en enero de 2024 en respuesta a la denuncia de Monedero en torno a los rumores sobre la existencia de un “supuesto expediente” en su contra, que él desmiente sin mencionar de qué investigación se trata ni de dónde sale el “bulo”. “Es una indecencia lo que hacen. Un abrazo fuerte”, reza la contestación de la diputada acompañada de un corazón. El mensaje de apoyo explícito en público se produce tres meses después de que la dirección de Podemos decidiera apartarlo por las acusaciones de violencia sexual. El texto de EL PAÍS pone en relieve esa comunicación entre ambos cuando se suponía que ya lo habían relegado y sabían de esas denuncias e incluye la versión que dio el viernes el partido en redes sobre el contexto al que se refería el desmentido.
“También Podemos tendrá que aclarar cosas”, retó Monedero el viernes. Aunque el estallido del escándalo ha recrudecido públicamente el enfrentamiento de los últimos tiempos entre el profesor de Ciencias Políticas de la Complutense —centro que el jueves confirmó que hay abierta allí otra investigación en su contra— y Podemos, durante años fue una persona de la máxima confianza de la dirección, muy próximo a Iglesias. No ocupaba cargos orgánicos desde 2015, pero dejó la Presidencia del Instituto República y Democracia, la fundación ligada al partido, por las discrepancias en la estrategia política en mayo de 2023 (algo que no se supo hasta septiembre, coincidiendo con la recepción de las denuncias). Para entonces, el cofundador ya discutía con Irene Montero acerca de la relación con Sumar. Esas diferencias lo fueron alejando progresivamente de las decisiones de la cúpula.
De manera similar a lo sucedido con Íñigo Errejón, que abandonó la política activa en octubre cercado por denuncias de agresión sexual, estos días dirigentes, diputados y colaboradores de los partidos a la izquierda del PSOE han relatado que su actitud “como mínimo invasiva” era conocida por todos. La polémica golpea de lleno a las esencias del partido, cuyo mayor activo electoral, la exministra de Igualdad, se ha erigido como referente del feminismo. Podemos reivindica ahora que actuó, precisamente, en coherencia con esos valores.
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