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Podemos intenta frenar el paralelismo de Monedero con el ‘caso Errejón’ pese a las voces que dicen que “se sabía”

El cofundador del partido siguió vinculado a la televisión de Iglesias tres meses después de que conociesen la denuncia de violencia sexual y Belarra lo despidió públicamente con elogios

El cofundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, durante una cto en Santiago de Compostela en diciembre de 2022. Foto: Álvaro Ballesteros (Europa Press/ Getty Images) | Vídeo: EPV
Paula Chouza

La izquierda encajó este jueves otro golpe. Apenas cuatro meses después del cataclismo provocado en la política por el caso Errejón, las denuncias internas por presuntos episodios de violencia sexual señalan esta vez al cofundador de Podemos Juan Carlos Monedero. Entre dirigentes, excompañeros y partidos que en su día formaron parte de la coalición, nadie se sorprendía demasiado al conocer los señalamientos de dos mujeres por “manoseos en entornos del partido”, “tocamientos en cintura y trasero” o “intentar besar a una compañera estando ebrio”. Después de que Podemos reconociera haber tenido conocimiento en septiembre de 2023 de esas denuncias y asegurar que apartó a Monedero de cualquier actividad orgánica, la Universidad Complutense, donde imparte clases de Ciencias Políticas, también confirmó por la tarde y a preguntas de EL PAÍS que investiga a Monedero por una denuncia de acoso sexual, sin que haya trascendido de cuándo es la queja ni en qué punto se encuentran las pesquisas. Con todo, el cofundador del partido, que hasta mayo de 2023 había estado en la presidencia del Instituto República y Democracia —la fundación vinculada a Podemos—, siguió ligado al medio que dirige Pablo Iglesias hasta enero de 2024, y la propia secretaria general, Ione Belarra, lo despidió entre elogios cuando renunció al cargo, apenas dos días después (el 14 de septiembre) de que la denuncia llegara al correo de la Secretaría de Feminismos del partido.

Dichas investigaciones no se conocieron entonces, ni Podemos advirtió de ello a Monedero, según justifican en el partido, para proteger a las víctimas. “Como ninguna quería hacer públicos los testimonios, se hizo de forma que se garantizase que la información no se filtraba, para preservar en todo momento la confidencialidad”, explican fuentes de la formación. Desde que elDiario.es publicó este jueves que la organización conocía estas denuncias y su procedimiento —trasladarlas desde la Secretaría de Feminismos a la Comisión de garantías democráticas para que investigase y apartarlo de toda actividad de partido—, Podemos ha defendido que pese a que Garantías ofreció a la denunciante una vía “confidencial y segura” para aportar testimonios concretos de los hechos, esta nunca llegó a contestar. En las mismas fechas, varios miembros de la dirección recibieron otro testimonio de una mujer víctima de violencia sexual por parte de Monedero. Esta pidió expresamente una actuación en el ámbito interno para que dejara de participar en los actos de la organización, según relatan en Podemos, una decisión, la de no convocarlo, que contradicen otras voces de peso, que aseguran que no tuvieron conocimiento de ello y que lo cierto es que el cofundador se había ido alejando ya en los meses anteriores.

Pese a que la formación defiende que Monedero no era un cargo relevante desde 2015, ocupaba aún un puesto de responsabilidad en la fundación hasta mayo de ese año y ejercía como una voz autorizada e influyente dentro de la dirección, como invitado en el Consejo Ciudadano Estatal (CCE), donde comenzó a discrepar del núcleo duro por la estrategia sobre Sumar. Ambas partes explican que no se supo de su renuncia hasta septiembre para no contribuir a la crisis que atravesaba entonces el partido, en plena campaña de municipales y autonómicas y con el goteo de bajas que sufría. Fuentes presentes en la reunión del Consejo celebrado un día antes de la presentación de la candidatura de Yolanda Díaz a las generales reconocen que él discutió en ese órgano con la dirección, al defender que Podemos debía estar presente en el acto.

“En Podemos la cosa se enturbia cuando me enfrento a Irene Montero, con algunas discusiones en el CCE. Creía que había que seguir con la unidad en la izquierda y ayudar a recuperar, al menos, los 35 escaños que Unidas Podemos había logrado. La otra estrategia pasaba por consolidar la figura de Montero. Las dos eran legítimas. En ese entorno me llega que puedo tener un expediente. Escribo el 29 de enero de 2024 a Ione Belarra preguntándole si tengo un expediente abierto, a lo que me responde, enfadada con la noticia, que es mentira”, relató Monedero este jueves en declaraciones a EL PAÍS. Además de subrayar su discrepancia con Montero, el exdirigente achaca el interés en publicar esto ahora a la cercanía con la V Asamblea del partido (que se celebra en abril) y al ligero repunte de Podemos en las encuestas. También circunscribe esas denuncias a la Fiesta de la Primavera de Podemos en 2023, celebrada en Zaragoza, y esgrime: “Como en todas las fiestas, la gente busca conocer a gente. Porque era una fiesta. Pero no hay chats, mensajes, ni insistencia de ningún tipo a nadie después de ese día. Ni un solo mensaje. De manera que hablar de acoso es intentar a todas luces hacer daño”.

La analogía con el ‘caso Errejón’

“A mí sí me había llegado lo de Monedero”, señalaba este jueves una figura destacada del espacio. “Antes de 2023 todo el mundo sabía que Juan Carlos era como mínimo invasivo”, relata otra fuente. “Es parecido a lo de Íñigo [Errejón]. ¿Se conocía? Sí”, inciden. Como ocurrió en Sumar con el caso Errejón, ahora Podemos alega que actuó “desde el minuto uno”, en cuanto recibió las denuncias. Aunque públicamente han evitado hacer declaraciones, en privado voces de la coalición de Díaz cuestionan la dureza con la que juzgó Podemos hace cuatro meses la actuación de la vicepresidenta con el portavoz parlamentario, deslizando que había mirado para otro lado al conocer un caso de tocamientos en una fiesta en 2023, antes de las generales, y al permitir que fuera candidato en las listas. “Muchas gracias por tu incansable trabajo en Podemos pero, sobre todo, por haberte desvivido siempre por su magnífica militancia. Lo fácil, con todos los ataques que has recibido, era haber abandonado. Seguimos peleando juntos”. Así lo despedía Belarra del Instituto en septiembre. También cuando dejó su programa en Canal Red, Iglesias y él, con diferencias notorias ya, se decían adiós guardando las formas. “Gracias por todo, amigo. Nos encontraremos, como tantas otras veces”, afirmaba el exvicepresidente.

Las denuncias de los casos de violencia sexual se conocen después de que Abc publicase fragmentos de una conversación entre un expresentador de Canal Red y una tercera persona que relataba comportamientos inadecuados de Monedero con varias mujeres. También la exeurodiputada Lola Sánchez, peleada con la cúpula de Podemos desde hace mucho, relató hace unos días en la red social X un episodio con Monedero: “Me empotró contra la pared para invitarme a ir a su casa”.

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Sobre la firma

Paula Chouza
Periodista de Política en EL PAÍS. Participó en el lanzamiento de EL PAÍS América en México. Trabajó en el Ayuntamiento de A Coruña y fue becaria del Congreso de los Diputados, CRTVG o Cadena SER. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, Máster en Marketing Político y Máster de Periodismo de EL PAÍS.
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