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GOLPE DE ESTADO EN LA U.R.S.S.

La CE convoca una cumbre para el viernes

Enric González

La Comunidad Europea quiere que vuelva Gorbachov. Para obtener ese improbable retorno, los ministros de Asuntos Exteriores comunitarios aprobaron ayer la congelación de toda la ayuda que la CE venía proporcionando a la Unión Soviética, con excepción de la humanitaria (comida y medicamentos). Y aun ésta queda condicionada a su correcta distribución. Desde el punto de vista de la CE, lo ocurrido en la URSS es un inequívoco golpe de Estado que viola flagrantemente la Constitución y que merece una absoluta repulsa. Para que dicha condena tenga el mayor nivel político, se ha convocado para el viernes en La Haya una reunión del Consejo Europeo, es decir, una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno, con la misión de poner en mayúsculas el desagrado respecto a los nuevos mandatarios moscovitas.

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Pese a la suspensión de la ayuda técnica (que asciende a unos 50.000 millones de pesetas, a los que hay que añadir la ayuda concedida país por país), la diplomacia comunitaria no se centró ayer en cómo castigar a los golpistas, sino en cómo propiciar el retorno a los cauces constitucionales y reformistas en la URSS."El mensaje es que no nos resignamos", declaró el ministro español, Francisco Fernández Ordóñez. "Queremos que el mundo, los nuevos dirigentes soviéticos y los demócratas de aquel país sepan que estamos a favor de la Constitución de la Unión Soviética y de los cauces legales, y creemos que la involución puede todavía evitarse". Si no se evita, según Fernández Ordóñez, la involución será una catástrofe para Europa y para el mundo entero".

Vista la confusión que envuelve todavía a los sucesos de Moscú, la CE optó por adoptar una postura más amenazante que sancionadora. Ni siquiera se habló de un posible bloqueo comercial, y se dejó pendiente el asunto de la reunión de la Conferencia para la Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) sobre derechos humanos -precisamente-, que debería comenzar el próximo 8 de septiembre en Moscú. Se dijo, eso sí, que en las actuales circunstancias la participación comunitaria en dicha reunión "no podría ser justificada".

La diplomacia de la CE no ha podido aún establecer contacto con los dirigentes más representativos del movimiento prodemocrático soviético. Ni Borís Yeltsin, ni Edvard Shevardnadze, ni mucho menos Mijafl Gorbachov. Por eso se decidió solicitar al Krerrilin que autorice la visita de un alto dignatario de la CE -el actual presidente y ministro de Exteriores holandés, Hans van den Broek, o quizá la troika (Holanda, Luxemburgo y Portugal) en pleno- a Gorbachov, donde quiera que esté.

Buena voluntad

Se trata de comprobar que el presidente constitucional se encuentra en buen estado y, sobre todo, de comprobar que los golpistas están dispuestos a ofrecer pruebas de buena voluntad.

"La CE desea ver restablecido el orden constitucional inmediatamente y al presidente Gorbachov repuesto en sus funciones y derechos como jefe del Estado", dice el comunicado emitido al término de la re'unión de La Haya (Holanda).

El texto condiciona la reanudación de la ayuda "al respeto a la Constitución [soviética] y al cumplimiento de las obligaciones internacionales", sin citar al depuesto presidente. "La interpretación es libre", comentó escuetamente Fernández Ordófiez, quien se negó a contestar a la pregunta de si creía factible un retorno de Gorbachov "para no perjudicar el propio espíritu del comunicado". Esto parece indicar que la Comunidad digeriría bien un compromiso de los golpistas con la Constitución y las reformas, al precio de que Gorbachov se quedara en la cuneta.

La CE considera que las primeras medidas del nuevo régimen -suspensión de los organismos democráticos, restablecimiento de la censura, etcétera- "no dejan lugar a dudas sobre la naturaleza" del mismo. Y cree que la permanencia en el poder de estos nuevos dirigentes "no puede sino frenar el proceso de reformas democráticas y la enorme mejoría en el clima internacional a la que Gorbachov a hecho tan gran contribución".

La Comunidad opina también que la situación es por el momento reversible. Y lo será mientras no se produzca "un baño de sangre que, desgraciadamente, también puede suceder", en palabras del ministro español.

A la espera de lo que acontezca en las próximas jornadas, se hace especial hincapié en la dramática situación de los países bálticos, cuyas aspiraciones independentistas parecen una de las causas directas del golpe de Estado. La CE llama a las autoridades soviéticas a que se alejen de toda tentación de usar la fuerza contra los gobiernos democráticamente elegidos" de Letonia, Estonia y Lituania. Y lanza un guiño de ánimo a los países ex comunistas centroeuropeos, a quienes el retorno de los viejos dinosaurios del Kremlin ha cortado la respiración. Desde Hungría hasta Rumania y Albania, todos ellos pueden contar con la mejor disposición por parte de la Comunidad, dice el comunicado.

Sin autocríticas

No hubo autocríticas en la reunión de ayer. Nadie planteó qué podría haber sucedido si la CE, y Occidente en su conjunto, hubieran apoyado con más celeridad y energía a los reformistas encabezados por Gorbachov. Ni siquiera hubo extrañeza ante los acontecimientos. Fernández Ordóñez co, mentó que el ex ministro de Exteriores de la URSS, Edvard Shevardnadze, le anunció hace exactamente un mes la inminencia del golpe militar. "Todos lo considerábamos probable, sólo nos sorprendió la fecha y la forma", agregó el ministro español.

[Por otra parte, el presidente del Parmento europeo, el español Enrique Barón, convocó para mañana, jueves, en Bruselas una sesión extraordinaria de éste. Los plenos del Parlamento se celebran en Estrasburgo, pero para salvar esta dificultad se ha llamado al buró ampliado que comprende a vicepresidentes y presidentes de los grupos parlamentarios y los diputados, si quieren. Para hoy está también convocada en Bruselas una "reunión especial" de ministros de Exteriores de la OTAN. El secretario de Estado norteamericano, James Baker, anunció ya su participación, informa France Pressel.

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